La desembocadura del río Llobregat, el punto final del sistema terciario para regenerar agua que se prueba este verano / AJ BCN

La desembocadura del río Llobregat, el punto final del sistema terciario para regenerar agua que se prueba este verano / AJ BCN

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El río Llobregat recibe por primera vez agua regenerada

La ACA completa este verano el test real de la inyección del recurso que se ha tratado en la estación de El Prat, que está en marcha desde finales de 2017

24 agosto, 2019 00:00

Cerrar el ciclo hidrológico. Este es el gran objetivo de la regeneración de agua, otra de las medidas que se diseñaron en su día en Cataluña para hacer frente a episodios de sequía, y que este verano ha empezado a ser una realidad en el tramo final del río Llobregat.

Se ha puesto en marcha la primera prueba para inyectar el recurso recuperado a la altura de la localidad de Molins de Rei (Barcelona). Es allí donde desemboca una cañería que sale de la planta depuradora de El Prat de Llobregat, explotada por Aguas de Barcelona. El efecto más evidente de la maniobra es que el caudal del río sube. La Agencia Catalana del Agua (ACA) indica que el 50% del agua que discurre desde el municipio hasta la desembocadura es reutilizado.

Medir la mejora cualitativa

El test no termina con el vertido del agua. También incluye una monitorización de su calidad a lo largo de los casi 23 kilómetros que configuran el tramo donde estará presente. Esta valoración correrá a cargo de un comité de expertos formado por 12 personas que se activó a finales de 2018. Todos ellos científicos y ambientalistas, además de doctores en Biología (como el catedrático Narcís Prat), microbiología (el catedrático Francisco Lucena) e incluso toxicología (el profesor de la UB Jesús Gómez).

Imagen de la estación de regeneración de El Prat del Llobregat (Barcelona) / ALBERT CANALEJO

Imagen de la estación de regeneración de El Prat del Llobregat (Barcelona) / ALBERT CANALEJO

Si se supera con éxito, se dará luz verde al uso habitual de los recursos hídricos que salgan de la estación regeneradora de El Prat. El plan inicial diseñado contempla que con reservas de agua en una “situación normal”, el llamado “sistema terciario” se destinará a crear una barrera a la intrusión salina del Llobregat, tal y como explican desde la ACA. Cuando los embalses bajen hasta el 35% de su capacidad, las fases de prealerta (menos del 70%) y alerta en sequía, se ampliará a “usos agrícolas, ambientales o municipales”, como el baldeo de calles.

Uso continuado del agua regenerada

No sería hasta que se llegue a una alarma por excepcionalidad (con los embalses al 25%) o emergencia (20%) cuando se cerrase el ciclo hidrológico de verdad. Es decir, que se usara como aportación al río para “disponer de más recursos para volver a ser captados y potabilizados”. Con todo, la prueba que se lleva a cabo en agosto intenta ampliar la forma en cómo se emplea el agua regenerada.

Se estudia si las aportaciones de forma continuada en el Llobregat sirven para incrementar la “disponibilidad estructural” de agua en el área de Barcelona. Cabe tener en cuenta que la carencia de agua en el territorio es habitual, y que uno de los efectos más fatales para los acuíferos es que cuando bajan los recursos, la incursión salina es peor, hecho que complica aún más la obtención de agua dulce.

Tratamiento más barato que desalinizar

Para conseguir recursos, en Cataluña se optó por priorizar las plantas desalinizadoras. Consumen más energía, pero su funcionamiento es menos complejo que una estación de regeneración. Con todo, una vez ejecutada la inversión necesaria, en El Prat la eficiencia de su funcionamiento les convierte en una alternativa más sostenible.

Depuradora de El Prat de Llobregat (Barcelona), donde se hace el primer filtraje del agua que después se regenerará / EFE

Depuradora de El Prat de Llobregat (Barcelona), donde se hace el primer filtraje del agua que después se regenerará / EFE

La regeneración es capaz de eliminar los sólidos y bacterias del agua que no son visibles a simple vista. Acabar con los elementos nocivos que persisten tras la primera filtración, el desarenado, el tratamiento biológico y la decantación que se hace en una depuradora. En estas plantas el agua recibe un filtraje extraordinario que elimina con los microorganismos con rayos ultravioleta y se suprimen los azúcares y sales con un sistema de osmosis inversa.

Regeneración en la química de Tarragona

Este último es un recurso puntero en Europa, y marca la diferencia con la recuperación que se realiza en la depuradora de Vila-seca i Salou (Tarragona). Fue en esta planta donde la ACA empezó a aplicar el sistema terciario con el objetivo de rebajar la presión de la industria de la zona sobre el río Ebro.

La petroquímica requiere agua en algunos de sus procesos, básicamente en la refrigeración, y desde que se activó el proceso recibe el recurso recuperado. Lo mismo que ocurre con las necesidades de agua en el campo de golf que existe en la zona, el riego agrícola y el uso urbano. Por último, también se usa para recargar los acuíferos de la zona y frenar la penetración de agua salada que controla el Consorcio de Aguas de Tarragona.

Objetivo: el uso doméstico

Sólo en 2018 se usaron un total de 32,1 hectómetros cúbicos de agua regenerada en Tarragona. Igual que en El Prat, el objetivo final de la ACA es facilitar que el recurso terciario se pueda usar para demandas domésticas. Por esto será clave el test que se realiza durante el verano.