Primera prórroga de los ERTE sin pacto, con Moncloa y CEOE en guerra

El clima de crispación y enfrentamiento entre los empresarios y el Gobierno está a punto de plasmarse en sus primeras consecuencias efectivas. Por primera vez desde que se inició la pandemia, el Ejecutivo aprobará una prórroga de los ERTE de forma unilateral, sin acuerdo con los agentes sociales, y en medio de un clima de acusaciones cruzadas entre Moncloa y la CEOE.

Para este jueves está prevista una reunión extraordinaria del Consejo de Ministros para prolongar los ERTE hasta finales del próximo mes de septiembre, dado que el plazo actual vence con el presente mes de mayo y, de no mediar actuación por parte del Ejecutivo, decaerían antes del próximo cónclave ministerial.

Reunión cancelada

Al contrario que en anteriores ocasiones, el acuerdo entre las partes no ha sido posible, lo que llevará a Moncloa a aprobar la prórroga de forma unilateral. Los encuentros se han sucedido en los últimos días, aunque en vano.

Según ha podido saber Crónica Global, una última reunión, que estaba prevista para este mediodía, fue finalmente cancelada a última hora del martes debido a que los empresarios no estaban dispuestos a moverse un ápice de su planteamiento.

Escrivá espera un pacto

Las negociaciones en torno a una mesa se han sustituido en estas últimas horas por un fuego cruzado con acusaciones mutuas por parte del ministro de Inclusión y Seguridad Social, José Luis Escrivá, y el presidente de la patronal, Antonio Garamendi.

Escrivá, se ha mostrado más abierto a la posibilidad de alcanzar aún un acuerdo in extremis hasta la reunión del Consejo porque considera que las diferencias entre las partes son pequeñas. El ministro ha hecho hincapié en que su propuesta de aumentar las exenciones para los trabajadores en ERTE hasta el entorno del 60%-70, frente al 35% de mayo y junio de 2020, es muy generosa.

Los ERTE "en un laboratorio" 

El Gobierno estima que las actuales condiciones podrían mantenerse hasta junio pero que, a partir de ahí, “tenemos que dar el mensaje de que esto va a ir a mejor. Es importante que ese mensaje hacia la normalidad cale”.

Una interpretación radicalmente distinta de la que maneja Garamendi, para quien Escrivá actúa con estos cambios “como si estuviera en un laboratorio”. En declaraciones a Radio Nacional de España, el presidente de la CEOE ha asegurado mantener una relación más fluida con el Ministerio de Trabajo que con el de Inclusión y Seguridad Social, al que ha acusado de estar alejado de la realidad.

Cuestión de incentivos

“La gente quiere trabajar. De los 3,5 millones de ERTE que había al principio de la pandemia se ha pasado a 600.000. ¿Alguien piensa que 2,9 millones han entrado a trabajar porque al ministro se le ha ocurrido dar dinero para entrar a trabajar o porque realmente la economía ha mejorado?”, ha apuntado.

“En la vida, los incentivos son fundamentales”, ha aclarado Escrivá durante su intervención en Telecinco y Onda Cero, prácticamente a modo de respuesta a Garamendi, pese a no haber escuchado directamente la pregunta.

El empleo, en segundo plano

La patronal considera que su posición supone tomar medidas con menor coste que la que aprobará de forma unilateral el Gobierno aunque ha lamentado no poder demostrarlo con cifras oficiales porque, según ha denunciado, la CEOE no ha recibido información sobre el coste de los ERTE en el último año y medio.

Por su parte, Escrivá ha afeado a la patronal que se haya centrado en esta ocasión en el capítulo de las exenciones de los pagos de la Seguridad Social en lugar de en la garantía del mantenimiento del empleo a la que, en este caso, no han hecho mención.

Clima de tensión

El clima de tensión se recrudece después de que en las últimas semanas la tensión entre la gran empresa y Moncloa haya ido en aumento como consecuencia de asuntos como los ajustes laborales y los salarios de los ejecutivos en el sector de la banca.

En CEOE también se ha interpretado como una afrenta el apoyo explícito dado por el Gobierno a la patronal Conpymes, formada por diversas asociaciones de pequeños y medianos empresarios que prefieren tener su propio altavoz frente al que les ofrece Cepyme, que se encuentra adscrita y bajo el control de CEOE.