Imagen de archivo de la sede del Consejo de Seguridad Nuclear

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Un ‘podemita’ en Seguridad Nuclear, último batacazo para la ‘mina fantasma’ de Berkeley

El Supremo echa por tierra el intento de la empresa australiana y de diputados del PP de anular los nombramientos de nuevos cargos del CSN aprobados por el Gobierno

15 abril, 2019 00:00

Berkeley, la empresa australiana que cotiza en la Bolsa española con un único activo, la mina fantasma de uranio que pretende explotar en Salamanca, prosigue su errático transitar bursátil, con subidas y bajadas especulativas al calor de anuncios y rumores sobre el futuro de esta explotación minera.

A finales de diciembre, Berkeley se las prometía muy felices tras ver cómo el pleno del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) otorgaba el visto bueno a sendas actuaciones previas de la empresa australiana, para realizar el control de aguas subterráneas y vigilancia radiológica ambiental en el término municipal de Retortillo. Ahora, un nuevo revés ha vuelto a llenar de dudas, todavía más, la viabilidad del proyecto.

Renovación de cargos en el CSN

En esta ocasión, la polémica ha venido motivada por la renovación de cargos del CSN abordada por el Gobierno, a través del Ministerio para la Transición Ecológica, el departamento que dirige Teresa Ribera.

Una renovación que el Ejecutivo activaba el pasado 15 de febrero, el mismo día que el presidente Pedro Sánchez anunciaba la convocatoria de elecciones generales, cuando el Consejo de Ministros aprobaba la propuesta para renovar la composición del órgano encargado de velar por la seguridad nuclear y la protección radiológica de las personas y del medio ambiente.

Castejón, propuesto por Podemos, en el ojo del huracán

Así, tras cumplir el trámite de comparecencia de los candidatos propuestos por el Gobierno ante la Comisión para la Transición Ecológica del Congreso de los Diputados, el pasado 29 de marzo el Gobierno aprobaba cuatro reales decretos, por los que se nombraba nuevo presidente a Josep Maria Serena, y a Elvira Romera, Pilar Lucio y Francisco Castejón como nuevos consejeros.

Desde el momento en que se conocieron los nombres de los nuevos cargos, uno de ellos centró todas las miradas. El de Castejón.

Ecologista, antinuclear y contrario a la mina

No por no contar con reconocida solvencia, acreditada como doctor en Física y director de la Unidad de Teoría de Fusión en el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat), sino por haber sido propuesto para el cargo por Podemos.

Por esta circunstancia y por su larga trayectoria en el movimiento ecologista y en plataformas antinucleares, y también contrario a la apertura de la mina de Salamanca, no se hicieron esperar las actuaciones judiciales para parar esta renovación acelerada de los cargos del CSN, en plena campaña electoral, y evitar así la llegada de Castejón.

El Supremo no acepta suspender la renovación del CSN 

Pero la rápida decisión del Tribunal Supremo ha venido a echar por tierra los deseos, tanto de Berkeley como del Partido Popular, de que se suspendiera, de manera cautelarísima, la renovación de los cargos del CSN acordada por el Gobierno.

Alegaban que los nombramientos suponen una efectiva vulneración de su derecho de participación política, al haber sido adoptados “sin respetar el ejercicio de su función parlamentaria de control de nombramientos, razón por la que no ha sido verificada la idoneidad y solvencia de los candidatos propuestos”.

Sin urgencia para dar marcha atrás con nombramientos

Pero el auto de la Sala Tercera de lo Contencioso-Administrativo del alto tribunal, del pasado 4 de abril, no apreciaba la situación de especial urgencia que justificaría una suspensión de ese tipo, sin dar turno de alegaciones a la Administración demandada, en este caso el mismísimo Consejo de Ministros

Por eso, la Sala del Supremo acordaba tramitar el incidente como una medida cautelar normal, dando un plazo máximo de diez días al Gobierno para alegar en contra, para posteriormente tomar la decisión que estime oportuna.

Berkeley reconoce el revés

Ante este nuevo revés, Berkeley remitía un hecho relevante a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el pasado 8 de abril, en el que informaba a sus accionistas sobre la “legalidad” de los nombramientos del CSN fijada por el Tribunal Supremo, y reiteraba, una vez más, que “continúa con los trabajos para conseguir las autorizaciones pertinentes para la apertura de la mina”.

La traslación en Bolsa de todas estas idas y venidas en torno al proyecto de la mina fantasma de Berkeley provoca subidas y bajadas que, en términos porcentuales, resultan exageradas, pero que si se ven en la comparativa de la cotización no lo es tanto.

Así, en enero, la empresa australiana subía un 340%, desde 0,079 a 0,348 euros por acción. Y en las últimas siete sesiones, tras el auto del Supremo, ha retrocedido un 23%.