Fernando Ulrich, en el centro de la imagen, es el CEO del BPI.

Fernando Ulrich, en el centro de la imagen, es el CEO del BPI.

Business

Fracasan las negociaciones entre Caixabank y Dos Santos en torno al portugués BPI

El banco español y la financiera angoleña tratan de llegar a un acuerdo para que el primero tome el control de una entidad de la que ya posee el 44%

24 marzo, 2016 20:45

Caixabank y la financiera angoleña Isabel dos Santos no han llegado a un acuerdo sobre la participación de ambos en el accionariado del banco portugués BPI, según ha comunicado la entidad española a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

El banco español tiene el 44% de las acciones del BPI, mientras que el vehículo inversor de Dos Santos, Santoro Finance, tiene un 21%. Caixabank quiere hacerse con esa participación para gestionar la entidad de forma directa.

Para ello no solo necesita que Santoro acepte su precio, sino que la autoridad portuguesa permita modificar los estatutos del BPI, que limitan los derechos políticos al 20%, sea cual sea la participación en el accionariado.

Concentración excesiva

Adicionalmente, el Banco Central Europeo (BCE) ha dado un plazo límite del 10 de abril para que la banca de la zona euro reduzca sus posiciones de riesgo. Es el caso del BPI, y lo es porque tiene una doble implicación en el Banco de Fomento de Angola (BFA), país considerado inseguro por las autoridades monetarias europeas. BPI tiene una participación directa en el BFA y el vehículo inversor de Dos Santos --Santoro--, otra.

Dos Santos se ha opuesto hasta ahora a las propuestas del CEO del banco, Fernando Ulrich, para aparcar los activos que el BCE considera de riesgo y así quitar presión mientras continúen las negociaciones.

Caixabank lanzó una OPA sobre el 100% de las acciones del BPI en febrero del año pasado a 1,329 euros por título. Dos meses después la retiró, dada la escasa aceptación que había despertado.

Y también Novobanco

El Gobierno portugués también está interesado en que la operación acabe bien para los intereses de la entidad española, dado que en ella se incluye una solución definitiva para Novobanco, el nombre de lo que queda del Banco de Espiritu Santo. Caixabank se haría cargo de la gestión entidad.

Las negociaciones se orientaban a permitir, por un lado, que Caixabank se hiciera con el control del BPI. Y, por otro, a que Dos Santos pudiera cambiar su 21% del portugués por una parte de la participación de éste en el BFA, tomando así el control mayoritario del banco angoleño.