Florentino Pérez, presidente de la constructora ACS y del Real Madrid, en una imagen de archivo de 2015.

Florentino Pérez, presidente de la constructora ACS y del Real Madrid, en una imagen de archivo de 2015.

Business

Florentino Pérez cierra la venta de su negocio de basura, Urbaser

Tres fondos chinos pujaban por el grupo, cuya enajenación perseguía reducir en casi 2.500 millones la deuda total de ACS

15 junio, 2016 19:26

Urbaser, el negocio de recogida y tratamiento de basuras de Florentino Pérez, es desde este miércoles por la tarde un grupo chino. ACS ha cerrado la venta tras más de un año y medio de negociaciones con uno de los tres fondos que pujaban por la operación, cuyo nombre se guarda en secreto, indican fuentes del mercado. El gigante Fonsun, accionista minoritario de Osborne desde julio de 2014, era el que partía con ventaja.

También hicieron llegar al presidente de Real Madrid una oferta Cheung Kong Infrastructure, la firma que participó en el consorcio que adquirió Iberwind a Magnum Capital el octubre pasado; y Beijing Enterprises Holding, cuyos inversores aún no han conseguido cerrar ninguna operación en el mercado español.

Borrar 2.500 millones de deuda

El cuaderno de venta de la compañía marcaba como precio de salida 2.500 millones de euros para ACS. El objetivo y única motivación de Pérez en la operación era cubrir parte de la abultada deuda que arrastra la constructora (en torno a 6.000 millones) que le complica conseguir financiación y espanta a los inversores en el parqué.

Las acciones de ACS perdieron de nuevo el 0,29% de su valor en la sesión bursátil de este miércoles. Se intercambiaban al final de la jornada a 26,19 euros por título, precio que implica una variación de más del 3% anual y se alejan de los 30 euros, una barrera psicológica que se rompió en febrero y no consigue recuperar.

Con la venta de Urbaser completada, Pérez espera coger aire en el parqué. Société Générale le ha acompañado en la operación, a la que inicialmente había sido invitada la francesa Suez Environnement. Una compañía como Urbaser tiene un interés especial para las compañías chinas: adquirir una tecnología que de forma directa no les está permitido.