Interior de L'Illa Diagonal, centro comercial de Barcelona en la Diagonal / CG

Interior de L'Illa Diagonal, centro comercial de Barcelona en la Diagonal / CG

Confidente VIP

L'Illa Diagonal, un negocio redondo para los Sanahuja

El centro comercial, que la familia logró salvar del pinchazo de la burbuja, aporta a sus propietarios jugosos beneficios anuales

25 noviembre, 2019 00:00

La saga barcelonesa Sanahuja posee un valioso activo que logró salvar de la última crisis inmobiliaria. Se trata del centro comercial Illa Diagonal, situado entre las calles de Numancia y Entença. Estos bienes están resguardados en la sociedad Indicesa l’Illa. Los Sanahuja poseen la totalidad de su capital.

El establecimiento luce un envidiable índice de ocupación próximo al 100%, gracias a la afluencia incesante de clientes que pasan a diario por sus instalaciones. Inaugurado en 1993, el complejo incluye 170 tiendas y restaurantes. Su larguísima fachada, de 334 metros de largo, es un magnífico reclamo comercial.

Doble propietario

Indicesa posee en propiedad los locales comerciales del gran bloque. El resto del inmueble, compuesto por oficinas y un hotel, pertenece a la aseguradora AXA-Winterthur. Los Sanahuja también participan en el estacionamiento subterráneo existente en el edificio, que cuenta con 2.400 plazas de aparcamiento.

El balance de Indicesa contabiliza los locales comerciales en la suma de 72 millones. El alquiler de los espacios comerciales le reportó en 2018 unos ingresos de 28,3 millones, con alza de un millón. El excedente neto de la sociedad es copioso. Una vez descontados todos los gastos, arroja 14,3 millones después de impuestos, también con aumento de un millón.

Asalto fracasado

La sociedad atesora un patrimonio neto de 145 millones. Los Sanahuja llevan tres generaciones dedicados al ladrillo. Durante mucho tiempo esta saga fue la principal promotora inmobiliaria de Cataluña. En la pasada burbuja, la familia lanzó una osada operación para apoderarse del gigante madrileño Metrovacesa.

El asalto estaba cogido con pinzas, pues descansaba sobre una montaña de créditos concedidos por los bancos. La familia llegó a contraer una escalofriante deuda cercana a los 6.000 millones.

Restos del naufragio

Tras el pinchazo del globo y la devastadora crisis que le siguió, la familia de ladrilleros perdió Metrovacesa, que pasó a manos de los bancos. Las principales sociedades promotoras de los Sanahuja también se desplomaron y tuvieron que declararse en suspensión de pagos. Fue uno de los mayores percances de la historia mercantil española.

Por fortuna, los Sanahuja lograron superar el bache, pero por el camino perdieron incontables activos. El tamaño del grupo experimentó una fuerte contracción. El activo más valioso que lucen hoy, tras la debacle pasada, es Indicesa l’Illa.