La sede de Comsa en la Avenida Roma de Barcelona / CG

La sede de Comsa en la Avenida Roma de Barcelona / CG

Confidente VIP

Las ventas de Comsa caen a la mitad en un lustro

La empresa está a un paso de alcanzar el punto de equilibrio en sus cuentas consolidadas

13 diciembre, 2017 00:00

El gigante barcelonés Comsa Corporación de Infraestructuras sigue en pleno proceso de reajustes, obligado manu militari por la banca acreedora.

Este proceso ha tenido como punto cardinal la venta de varias sociedades filiales y participadas, a fin de aplicar el producto obtenido a cancelar deudas. El objetivo de la reconversión reposa en que Comsa abandone todos los negocios ajenos a las actividades de infraestructuras, ingeniería y las obras ferroviarias, que antaño cimentaron su prosperidad y expansión. Los orígenes de esta firma hunden sus raíces en los finales del siglo XIX, cuando la fundó José Miarnau Navás, modesto emprendedor de origen leridano afincado en Reus.

Pérdidas mínimas

El esfuerzo desplegado en la reestructuración es mayúsculo. En el periodo 2012-14, el grupo contabilizó unas pérdidas de 217 millones de euros, aunque según el auditor en realidad fueron 270 millones.

En 2015 se contuvo la riada de números rojos, que se aminoraron hasta reducirse a 1 millón. Las cuentas consolidadas de Comsa correspondientes al ejercicio de 2016 todavía no están disponibles en el Registro Mercantil, pese a que el plazo de depósito ya se cumplió con creces.

Sin embargo, Crónica Global ha podido saber que el año pasado la compañía estuvo a punto de lograr el ansiado equilibrio. Por poco, no lo consiguió. El déficit se limitó finalmente a 0,2 millones.

Fondos propios de 216 millones

Las ventas consolidadas volvieron a batirse en retirada. Arrojan 1.028 millones, un 9% por debajo de los 1.131 millones anteriores.

La cima de la casa se alcanzó en el año 2011, cuando su cifra de negocio llegó a los 2.167 millones. La menor actividad constructora y la venta de varias concesiones han recortado los ingresos desde entonces en un 52%.

El activo también ha experimentado una notable poda. Entre 2012 y 2016 ha caído de 2.670 a 1.659 millones. El patrimonio neto de la casa se sitúa ahora en 216 millones.

El consejo de administración está formado por cuatro sociedades patrimoniales de la familia Miarnau, que lucen la mayoría del capital, más dos compañías de la polémica familia Sumarroca, que posee un lote minoritario. Estas últimas están representadas por Albert Sumarroca Claverol. Se da la llamativa circunstancia de que su padre, su hermano, su tío y una prima están enfangados en varios sumarios de corrupción política, relacionada con el presunto pago de mordidas a cambio de la obtención de obra pública.