
Rosa Vidal en una sesión de tarot
Rosa Vidal, ‘adivina’ y experta en tarot, se declara en quiebra
Sus dotes para predecir el futuro no le avisaron de que ella misma se iba a pique
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Los concursos de acreedores afectan a todo tipo de empresas, entidades y particulares, incluso a las adivinas del porvenir y especialistas en el tarot. Es el caso de la sociedad Future Vision Vidal, que Rosa Vidal Hernández empleaba para cobrar sus trabajos oficiales como clarividente de pacotilla.
Dicha firma ha entrado en quiebra ante el Juzgado número 5 de Barcelona. El expediente se asemeja a otros que tanto abundan últimamente. No queda ningún activo en el balance al que los acreedores puedan recurrir. Las deudas incobrables alcanzan los 112.000 euros. El juzgado otorga quince días a los afectados para solicitar el nombramiento de administrador concursal.
Televisión
El domicilio de la firma está situado en la calle Estelí número 15, de Sant Feliu de Llobregat. En este inmueble ejerce sus actividades de pitonisa y atiende a los clientes que le visitan o telefonean.
Rosa Vidal asegura ser experta en “tarot evolutivo”, numerología, "velas ritualizadas", metafísica y “rituales energéticos”. También brindaba consejos y ejercía de guía espiritual.

Captura de Facebook de Rosa Vidal Sant Feliu de Llobregat
Vidal constituyó Future Vision Vidal en 2018, con el propósito de facturar sus apariciones televisivas. Durante los pasados tiempos ha prestado sus sabios consejos en Canal 33 de Madrid, La Sexta, Canal Català y Metropolitan TV. Sus programas se emitían a altas horas de la madrugada, al igual que ocurre con otros del mismo género.
Hechizos menguantes
Últimamente su presencia en la tele fue a menos, lo que se tradujo en una merma de los ingresos. Estos se desplomaron en poco tiempo de 160.000 euros anuales a solo 60.000.
Uno de sus lemas es: “cuando te caigas y llegues al suelo, recuerda que ahora solo puedes ir hacia arriba”.
Curiosamente, pese a su capacidad para predecir el futuro de terceros que pagaban por sus servicios, Rosa Vidal no llegó a advertir en sus cartas y velas mágicas que su propio negocio navegaba a la deriva e iba a acabar en un descalabro total.