Analizando gastos de la empresa / PEXELS

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Concurso de acreedores para empresas en dificultades

Analizamos todo lo que hay que saber al respecto cuando un negocio arrastra una situación de insolvencia

8 julio, 2021 12:18

Cuando una empresa no puede saldar sus deudas, o prevé no poder hacerlo en un futuro próximo, tiene la posibilidad de recurrir al “concurso de acreedores” o, en otras palabras, a declararse “en quiebra”.

Al hacer esto, pasa por un procedimiento jurídico que facilita la reorganización de su gestión empresarial con dos objetivos principales: Saldar las deudas que se tienen pendientes con los acreedores e intentar que la empresa vuelva a ser productiva y viable de cara al futuro.

Dos posibles salidas

El concurso de acreedores es una opción que se da en ocasiones especiales y que es mediada por un juez, el cual se encarga de examinar el caso y declarar si procede el concurso de acreedores o no. En caso de que proceda, pueden ocurrir dos cosas: La primera, que se llegue a un pacto con los acreedores por el que se reduzca el importe de la deuda y se aplace el pago, ya que eso da margen para que la empresa se recupere y pueda continuar con su actividad en el futuro.

La segunda opción es que no se llegue a un pacto y se deba liquidar la sociedad. Como puede darse el caso de que el patrimonio -los bienes y derechos de la empresa- no sea suficiente para saldar las deudas, se establece un orden de prioridad que protege a los acreedores más débiles. De este modo, la preferencia de pago la tienen los empleados y, en último lugar, los socios de la empresa.

¿Cómo seguir activos?

A menos que la empresa desee la liquidación, lo que se suele buscar en estos casos es la continuidad de la actividad empresarial, de modo que se consideraría que una sentencia beneficiosa es la que facilita los convenios con acreedores. Para esto es importante contar con abogados especializados en derecho concursal, ya que, a fin de cuentas, ayudarán a recopilar todas las pruebas necesarias para justificar que la insolvencia ha sido causada por fuerzas mayores que la empresa no podía controlar.

Aquí puedes encontrar más información sobre el concurso de acreedores, aunque a grandes rasgos el requisito básico para poder declarar la insolvencia es que no se puedan cumplir las obligaciones exigibles que se esperan de una empresa, como por ejemplo hacer frente a los gastos de la Seguridad Social, pagar a los trabajadores, cubrir las indemnizaciones, o saldar las deudas con los proveedores. Por lo tanto, el concurso de acreedores puede ser visto como un tiempo de gracia que se concede a las empresas para que puedan liberarse de deudas y comenzar desde cero, como si éstas nunca hubiesen existido.

¿Cómo funciona el concurso de acreedores?

En España hay dos formas de solicitar el concurso de acreedores: de forma voluntaria y de forma forzosa. Cuando la solicitud la presenta el representante de la empresa insolvente se habla de concurso voluntario y debe hacerse en los 2 meses siguientes a la fecha en la que se detectan los problemas económicos. Para esto, la empresa entrega al juez sus documentos contables, el listado de acreedores, una memoria que recoja las causas de la insolvencia y el listado de bienes y derechos que tiene junto con una propuesta de viabilidad.

En cambio, cuando la solicitud la presenta un acreedor se habla de concurso forzoso. Este caso se da cuando el acreedor no está dispuesto a esperar a que la empresa salde sus deudas por sí misma. No suele ser tan común, ya que esta solicitud debe estar muy bien fundamentada con pruebas del incumplimiento reiterado de las obligaciones exigibles.

Fases del concurso

Sea cual sea la vía, el juez puede suspender los pagos que tenga que realizar la empresa y congela los intereses de las deudas durante el tiempo que dure el concurso de acreedores. Todo este proceso se resume en 4 fases:

●      Fase común: Se solicita la declaración de concurso de acreedores y el juez de lo mercantil estudia el caso.

●      Fase de convenio: Se lleva a cabo la negociación con los acreedores y se recibe la resolución judicial, en la que se confirma si el concurso sigue adelante o si se ha desestimado.

●      Fase de liquidación: Se valora el patrimonio (bienes y derechos) de la empresa y, en caso de que se acuerde el pago de las deudas, se ponen a la venta los bienes.

●      Fase de calificación: Se somete a juicio la actuación del deudor y de cualquier persona relacionada, con el fin de identificar si la insolvencia tuvo lugar de forma imprevista o por causas concretas e identificables. En esta fase el papel del abogado concursal es muy importante, ya que es el que en buena medida determinará si la sentencia es beneficiosa para el deudor.

Con esto, las empresas que pasan por problemas económicos tienen una segunda oportunidad para continuar con su actividad, resolviendo cualquier tipo de conflicto con los acreedores. A esto se le suma el beneficio de que es un procedimiento que no se hace público en registros abiertos, de modo que se mantiene la confidencialidad y buena imagen de la empresa.

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