La presidenta de Santander, Ana Botín, durante la junta de accionistas / EP

La presidenta de Santander, Ana Botín, durante la junta de accionistas / EP

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Caixabank y Santander reclaman reformas en España y cerrar la unión bancaria europea

Las entidades plasman ante sus accionistas sus inquietudes por la falta de competitividad y productividad de las empresas y los desequilibrios en las cuentas públicas

31 marzo, 2023 17:50

Dos de las grandes entidades bancarias españolas, Caixabank y Santander, han coincidido en lanzar un mensaje al Gobierno acerca de la necesidad de abordar reformas estructurales en España con el fin de poder abordar el complejo escenario económico de los próximos trimestres, marcado por la volatilidad de los mercados, la elevada inflación y la desaceleración. 

Tanto el presidente de Caixabank, José Ignacio Goirigolzarri, como su homónima en Santander, Ana Botín, han aprovechado el contexto de las juntas de accionistas que han celebrado las entidades este viernes para resaltar la necesidad de esas reformas, con la vista puesta en el futuro de las empresas y su desempeño como motor de la economía.

Mensajes al Gobierno

Como si se tratara de una acción coordinada, con apenas una hora de diferencia, Botín y Goirigolzarri han calcado sus discursos en este sentido, dado que ambos también han coincidido en volver a reclamar a las autoridades comunitarias culminar el proceso de unión bancaria, con el trasfondo de las turbulencias financieras generadas en las últimas semanas por las quiebras de varias entidades medianas en EEUU y los problemas de Credit Suisse, que han forzado su rescate por parte del también helvético UBS

“En un escenario complejo como el actual es urgente converger más con Europa y para eso necesitamos abordar reformas estructurales pendientes”, ha apuntado Botín en su mensaje inicial a los accionistas, que ha conectado con otro mensaje implícito al Gobierno. 

Tarea complicada

“Las empresas necesitan ser más competitivas y, en este punto, la banca tiene un papel clave”, ha afirmado, en un momento en el que la relación entre el sector financiero y Moncloa no atraviesa por su mejor momento, sobre todo tras la aprobación del impuesto especial que grava los ingresos del sector y que ha sido ya recurrido por las patronales CECA y AEB y por algunas entidades. 

Entre ellas se encuentra, precisamente, Caixabank, que también ha aludido a la necesidad de abordar las citadas reformas, aunque Goirigolzarri ha admitido que no se trata de una tarea sencilla. 

Desequilibrios en las cuentas públicas

“Requieren de un amplio consenso entre fuerzas políticas que, en este momento, parece muy difícil; pero que sea difícil no hace que sea menos necesario”, ha apuntado el ejecutivo vasco en su discurso ante los accionistas.

En su opinión, las empresas españolas arrastran desde hace tiempo un problema de escasa productividad y a sus posibles soluciones no contribuyen ni la ausencia de esas reformas ni tampoco los desequilibrios de las cuentas públicas, que también ha remarcado en su mensaje de la asamblea. 

Problemas crónicos

“Estamos en línea con la opinión expresada por el gobernador del Banco de España, acerca de la necesidad de reestructurar esta situación. Tenemos un déficit crónico por encima del 4%, que hemos sido incapaces de corregir en la última década; y una deuda pública respecto del PIB demasiado elevada”, ha resumido Goirigolzarri.

Como era esperado, las recientes turbulencias por las que ha atravesado el sector financiero también han tenido su espacio en ambas juntas, con un mensaje también plenamente coincidente. 

Fondo de garantía europeo

“La mejor respuesta que podríamos dar sería culminar al fin la unión bancaria europea”, ha asegurado Botín, tras dejar claro que Santander y, en general, el sistema financiero se encuentran en “una posición muy sólida, mucho más que hace 15 años”, en referencia a la crisis iniciada al final de la primera década del siglo.

Del mismo modo se ha pronunciado el presidente de Caixabank y con una receta también mencionada por Botín: “es el momento de crear un fondo de garantía de depósitos europeo”, que termine de blindar a las entidades que, no obstante, se encuentran ya protegidas por lo que Botín ha denominado “la regulación bancaria más estricta del mundo”.