Mikhail Fridman, accionista mayoritario de DIA que está imputado por la Audiencia Nacional por la caída de la tecnológica Zed / EFE

Mikhail Fridman, accionista mayoritario de DIA que está imputado por la Audiencia Nacional por la caída de la tecnológica Zed / EFE

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La Audiencia Nacional imputa al propietario de DIA

El magistrado García Castellón ve indicios de que el empresario ruso Mijaíl Fridman estaría detrás de las presuntas irregularidades que llevaron a la quiebra de Zed

7 agosto, 2019 12:13

Mijaíl Fridman deberá declarar ante la Audiencia Nacional en calidad de investigado, la nueva fórmula de la imputación. Así lo ha decidido el juez Manuel García Castellón al ver indicios de la relación del máximo accionista de la cadena de supermercados DIA con las presuntas irregularidades que llevaron a la caída del grupo tecnológico Zed.

El titular de Instrucción 6 ha aceptado de esta forma la solicitud que le hacía a principios de semana la Fiscalía Anticorrupción, tal y como avanza EFE. El Ministerio Público solicitó su imputación por presuntos delitos contra el mercado, administración desleal e insolvencia punible.

Asfixia económica de Zed

Según el relato del fiscal José Grinda, el empresario habría propiciado la asfixia económica de la tecnológica española. Lo habría hecho tras liderar una serie de actuaciones con el objetivo de aprovecharse de la situación de quiebra de la empresa y adquirirla por 20 millones de euros, "un precio irrisorio" que estaba por debajo de su valor real de mercado.

Cabe tener en cuenta que por esta causa también está imputado el expresidente de Zed, el empresario Javier Pérez-Dolset. Fue detenido en el marco de la operación Hanta en noviembre de 2017 por las actuaciones que realizó en los últimos días de la mercantil. En ese momento, el empresario ruso se intentó desmarcar de la insolvencia del grupo mediante un escrito que remitió a Anticorrupción.

Último informe policial

El último informe policial que se ha incorporado en el sumario del caso enmienda la teoría que ha respaldado hasta la fecha Fridman. Los agentes hacen un análisis del día a día en las compañías y de los mensajes y correos electrónicos entre los implicados. Su conclusión es que el propietario de DIA ejercía un “poder fáctico y directo” sobre el equipo directivo de Zed. Hecho que causó un perjuicio patrimonial al accionariado español de la tecnológica.

Las sociedades de eta firma estaban controladas por Javier Dolset y su familia. En el vértice del conglomerado mercantil aparece la holandesa Zet+, que controlaba el 77% de Zed Worldwide, la holding. Planeta poseía el 20% de esta compañía, por la que pagó 150 millones en 2016, y entre los minoritarios también se encuentran empresarios como Juan Abelló.

Asalto a Zed

Grinda mantiene que el inversor ruso lideró “una práctica que se conoce en el entorno criminal ruso como raider (asalto o ataque) o absorción ilegal de empresas”. Asegura que su finalidad era la del “apoderamiento total de una compañía mediante un procedimiento complejo que se vale de actuaciones de distinta intensidad”.

Todas ellas fueron ejecutadas “en diversas líneas y que culmina con una situación de bloqueo institucional y económico de la compañía (su insolvencia), para adquirirla a un precio irrisorio muy inferior al de mercado”. Asegura que Fridman alcanzó una “posición de privilegio frente a cualquier tipo de decisión” que se tomaba en Zed y apunta a que se convirtió en uno de los principales acreedores del grupo en 2013.

Estrategia coordinada desde Rusia

Alcanzó este estatus gracias a la entidad crediticia Amsterdam Trade Bank. Fue una de las que prestó dinero a la tecnológica para sacar adelante el llamado Proyecto Zeus, el intento de empezar a cotizar en el Nasdaq. La firma pertenecía a un grupo cuyo propietario último es Fridman.

Grinda también señala que el empresario ruso planificó con otros ejecutivos del mismo país una “estrategia ilegal de interrupción de pagos de dividendos de las filiales rusas que dio lugar a una falta total de liquidez”.

Papel de Vimpelcom

No se entiende la quiebra de Zed sin tener en cuenta el papel que ejecutó otra de las mercantiles que controlaba Fridman. Se trata de Vimpelcom, una firma que se aprovechó de la situación de “descontrol e irregularidad” en la que se encontraba ya el grupo para “reducir o eliminar” los contratos suscritos con la chipriota Temafon.

Pérez-Dolset controlaba el 50,1% de esta firma internacional gracias a una operación de 2009. Anticorrupción asegura que se finalizó la relación entre ambas sin que se hubiera producido un incumplimiento de los objetivos. Ni siquiera una prestación defectuosa de las obligaciones, por lo que no había lugar a la rescisión.

Quiebra y oferta de compra

El objetivo de este movimiento era ahogar aún más la situación de Zed, algo de lo que Fridman era consciente al conocer al detalle el estado de las cuentas de la compañía. Finalmente, quebró el 30 de junio de 2016. Cuatro meses después, los rusos presentaron una oferta de compra por la que su líder ha acabado imputado.