Adam Tooze, autor de 'Crash', en la entrevista con 'Crónica Global' / CG

Adam Tooze, autor de 'Crash', en la entrevista con 'Crónica Global' / CG

Business

Adam Tooze: “La Reserva Federal salvó también a los bancos europeos”

El historiador, autor de 'Crash', señala que Estados Unidos ha salido fortalecido y que su gran éxito como exportador es la deuda y la potencia del dólar

28 octubre, 2018 00:00

Adam Tooze ve con claridad lo que se puede esconder en cada pregunta. Habla rápido y señala que “no se puede ser determinista”, que se debe aprender de lo sucedido y, con mejores armas, prepararse ante posibles crisis, las que llegarán, porque siempre acaba sucediendo. Tooze (Londres, 1967) es profesor Barton M. Biggs de Historia. Tras años como docente en Cambridge, fue nombrado director de los Estudios de Seguridad Internacional de la Universidad de Yale. Y es el autor de Crash, cómo una década de crisis financiera ha cambiado el mundo, (Crítica), que puede marcar un antes y un después respecto a los numerosos estudios publicados sobre la crisis financiera y económica que explotó en Estados Unidos, como epicentro, en 2008, con un mensaje central: Estados Unidos no ha salido debilitado de todo ese proceso. Al contrario. Y fue, precisamente, “la Reserva Federal la que aportó liquidez a todos los bancos, también a los europeos, que se han podido salvar”, asegura.

Tooze ha escrito un libro económico, con un análisis exhaustivo de las relaciones financieras internacionales, pero principalmente es un libro político. Con esta primera premisa, en una entrevista con Crónica Global, el autor de Crash admite que ese ha sido también el propósito. “Son las consecuencias políticas de una crisis las que se deben tener en cuenta, los cambios que provocará, que ya se están comprobando, en todo el mundo, en las relaciones de poder, y en la distancia que se ha creado respecto al ciudadano”, asegura.

Flujo de dinero

Centrado en la figura de Trump, Adam Tooze, insiste en que la adaptación de malas políticas, la falta de una adecuación entre el poder financiero y la economía productiva, ha llevado a muchos ciudadanos a apuestas políticas que, en realidad, “son contraproducentes” para sus propios intereses.

Pero, ¿qué ocurrió en Estados Unidos, y que pasó en Europa? ¿Quién arrastró los pies, y en qué medida se trataba de problemas distintos a uno y a otro lado del Atlantico? Tooze considera que esa es su gran aportación, al entender que “todo estaba completamente conectado, y la gran diferencia es que en Estados Unidos hubo una reacción, casi como una respuesta de guerra, pero no fue un problema de Estados Unidos, fue un problema que, con epicentro en Estados Unidos, afectó a todo el sistema, con los bancos europeos totalmente dependientes del flujo de dinero desde la Reserva Federal”.

'Crash', el libro de Adam Tooze

'Crash', el libro de Adam Tooze

Portada del libro de Adam Tooze

El problema de la UE

En ese sentido, cuando se le pregunta a Tooze sobre las entidades alemanas y la responsabilidad del gobierno germano, no lo duda un instante. Y es que, como han explicado otros autores, como Michael Lewis (Boomerang, Deusto), los bancos alemanes compraron hasta el último momento productos derivados de las subprime. “Es una evidencia, sí, los bancos, los grandes y los pequeños, todo el sistema financiero alemán estaba implicado, y Alemania no supo luego proyectar una política adecuada respecto a sus socios de la Unión Europea”.

La explicación es política, no económica. “Estados Unidos tiene la Reserva Federal e inyectó dinero en todos los bancos, no sólo en los norteamericanos. El sistema financiero comenzó a tener liquidez por ese esfuerzo de la Reserva Federal. Lo que ocurre es que en Europa no existe un mecanismo parecido, en gran parte porque se anula esa posibilidad al fracasar la Constitución Europea”, señala Tooze, en relación a la falta de una política fiscal común y de un Banco Central Europeo con las mismas atribuciones que la Reserva Federal. 

El dólar, más fuerte

En el libro, el argumento se expresa en detalle: “Fue una crisis financiera desencadenada por el mercado inmobiliario estadounidense que acabó amenazando la economía mundial. La crisis se extendió más allá de Estados Unidos y afectó a los sistemas financieros de algunas de las economías más avanzadas del mundo: la City de Londres, el este de Asia, el este de Europa y Rusia. Y continuó haciéndolo. Contrariamente al discurso popular a ambos lados del Atlántico, la crisis de la zona euro no es un acontecimiento separado y distinto, sino que deriva directamente de la de 2008. La reformulación como una crisis de la zona euro y centrada en la política de deuda pública fue en sí misma un acto político”.

Donald Trump espera ingresar 6.800 millones con los nuevos aranceles a productos y marcas de la UE / EFE

Donald Trump espera ingresar 6.800 millones con los nuevos aranceles a productos y marcas de la UE / EFE

Donald Trump, el presidente de Estados Unidos, con ideas "caóticas", según Tooze

Entonces, ¿cuál fue la naturaleza de la crisis? Mostró, según el relato de Tooze, lo que se esconde en las relaciones financieras internacionales. O, lo que es lo mismo, el desequilibrio que supone que Estados Unidos “exporte deuda”, sin que se vea perjudicado por ello. Al revés. Se fortalece. “Oculto bajo la superficie y apenas discutido en público, lo que amenazaba la estabilidad de la economía del Atlántico Norte en el otoño de 2008 era el enorme déficit de financiación en dólares para los sobredimensionados bancos europeos. Y en su caso, el déficit no significaba decenas o incluso centenares de miles de millones, sino billones de dólares. Era lo opuesto a la crisis que se había pronosticado. No se trataba de que hubiera un exceso de dólares, sino un grave déficit. El dólar no se hundió, se apreció”, señala Tooze en Crash.

Consenso centrista

La lección de todo tiene también una naturaleza política. ¿Por qué fue posible esa reacción desde Estados Unidos, que acabó siendo positiva para todo el sistema internacional? Tooze no tiene dudas: “Hubo un consenso entre los conservadores centristas y los liberales centristas, pero con la paradoja de que los electores no lo vieron así, y dieron su apoyo, posteriormente, a Trump, que no se sabe bien qué quiere hacer, con ideas muy caóticas. El problema ahora es que esos consensos no parece posible que se repitan”.

Es decir, la crisis económica que arrancó en 2008 no ha acabado. Sus dimensiones fueron de tal trascendencia que esa crisis derivó en crisis política, con la aparición de partidos populistas, con un desapego de la sociedad hacia el poder político.

España, bien

Y nadie, por ahora, sabe cómo recuperar esos centros, esos acuerdos centristas. Por ello, Tooze insiste en que fue un error, principalmente en Europa, buscar una salida a la crisis basada en la austeridad, en cumplir requisitos que no eran posibles, renunciando a políticas expansivas claras y contundentes. La lección, curiosamente, llegó desde Estados Unidos, con la presidencia de Obama y con la Reserva Federal como bandera que liga los tipos de interés bajos a una reducción del empleo, algo que está lejos de que ocurra, por ahora, en el seno de la Unión Europea.

En ese sentido, Tooze lo tiene claro: “España ha hecho las cosas relativamente bien, con un sistema financiero que ha podido superar las grandes dificultades, algo que no podemos decir de Italia, el gran problema europeo en estos momentos”.