Un mujer teletrabaja mientras su hijo estudia / EUROPA PRESS

Un mujer teletrabaja mientras su hijo estudia / EUROPA PRESS

Business

Teletrabajo, una trampa para la mujer

La falta de visibilidad frena la posibilidad de promoción femenina, aumenta la desigualdad de género en la conciliación laboral y familiar, y dispara la "pobreza del tiempo"

8 marzo, 2021 00:00

El teletrabajo despierta más entusiasmo en las mujeres que en los hombres. Las encuestas así lo demuestran. Sin embargo, trabajar desde casa se ha revelado como una trampa. La falta de visibilidad frena las posibilidades de promoción femenina, aumenta la desigualdad en la conciliación laboral y familiar y dispara la brecha de género en el uso del tiempo, según los especialistas consultados por Crónica Global.

El Departamento de Trabajo, Asuntos Sociales y Familia calcula que hay 1,7 millones de personas en Cataluña que llevan a cabo trabajos susceptibles de realizarse en remoto. Es decir, más de la mitad (51%) de todos sus empleados. Al principio de la pandemia, el teletrabajo tenía incidencia equitativa tanto en el caso de los hombres y de las mujeres, alrededor del 35% en ambos casos. Pero el porcentaje de las mujeres ha aumentado tras la pandemia.

Ellas están más motivadas

Manel Fernández Jaria, profesor colaborador de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC y especialista en bienestar laboral, explica a este medio que “la encuesta de población activa correspondiente al segundo trimestre de 2020 ya indica que hay más mujeres que hombres trabajando desde casa”. “Ellas están más motivadas en materia de flexibilidad, pero hay una respuesta sutil en ello. La de que la conciliación laboral y familiar recae más en las mujeres. Es decir, que tienen una doble tarea, más estrés. Por ello, es necesario tener en cuenta las políticas de paridad en la regulación del teletrabajo”, señala.

 

 

¿Quién asume las tareas de casa y la familia?

El Gobierno español reguló el marco legal del empleo a distancia mediante la Ley del teletrabajo, que entró en vigor el 13 de octubre de 2020. Fernández, que procede del mundo de la prevención de riesgos psicosociales, valora la normativa española pues “es un punto de referencia, parte del acuerdo entre empresas y trabajadores, clarifica muchas cosas en materia de flexibilidad y salud laboral. Las empresas deben monitorizar el tecnoestrés. De hecho ya se están dotando de protocolos”.

Más preocupadas por los conflictos entre la vida y el trabajo

Según las estadísticas europeas, desde que comenzó la pandemia de Covid-19, el trabajo desde casa ha aumentado casi un 30%. Quienes lo asumen de forma habitual tienen más del doble de probabilidades de exceder el máximo de 48 horas semanales que quienes trabajan en las instalaciones de su empleador, según Eurofound. Casi el 30% de las personas que trabajan desde casa declaran hacerlo fuera de su horario laboral todos los días o varias veces por semana, algo que sucede en menos del 5% de los casos de quienes trabajan en la oficina

Estudio de Eurofound sobre los conflictos en el hogar que genera el teletrabajo

Asimismo, los análisis de Eurofound indican que, tras el Covid, el 39% de las mujeres teletrabajan, frente a un 35% de hombres. Los conflictos entre el empleo y la vida, añaden esos estudios, preocupan más a las mujeres que a los hombres. Por ejemplo, a casi un tercio de las mujeres les resulta difícil concentrarse en su trabajo, frente a una sexta parte de los hombres, mientras que las responsabilidades familiares han impedido que más mujeres (24%) que hombres (13%) dediquen el tiempo que querían al trabajo. Además, incide en la vida familiar: el 32% de las mujeres dice que su ocupación les impide dedicar tiempo a su familia, frente al 25% de los hombres.

Desigualdades

Jornadas maratonianas, horas extra no pagadas, estrés… Las mujeres son más vulnerables a esa situación, así como a la brecha digital y a la desigualdad. Marta Junqué, co-coordinadora de la Barcelona Time Use Initiative for a Healthy Societyque recoge el legado de la Iniciativa por la Reforma Horaria (IRH), explica que “antes de la pandemia, había más hombres que mujeres teletrabajando. Ahora, las mujeres les han superado. Y eso marca un cambio que, según los expertos, obliga a vigilar el nivel de desigualdades”. En este sentido, los estudios “revelan que las mujeres ven más ventajas que los hombres en el teletrabajo. Pero hay que vigilar los motivos de esa respuesta porque son ellas las que se sienten más responsables del cuidado del entorno familiar”.

Estudio de la Cátedra de Liderazgo en la Empresa de la Universitat Pompeu Fabra-BSM

El estudio de la Cátedra de Liderazgo en la Empresa de la Universitat Pompeu Fabra-BSM [puede leerse en este enlace] revela que, en efecto, los hombres ven más inconvenientes en el teletrabajo y, las mujeres, más ventajas. “Ellas sienten de forma superior la responsabilidad de hacerse cargo del cuidado de la familia y el hogar y el teletrabajo se lo permite. A los hombres, quedarse en casa a trabajar les supone tener que enfrentarse a la realidad personal que se cuece dentro de ella”, explica Sílvia Cópulo, directora del Observatorio.

Cuando las medidas restrictivas por el Covid se relajan, ellos vuelven enseguida a la oficina y muchas mujeres se quedan en casa para trabajar. “Ellas no estarán en el despacho cuando se hable de promoción en el trabajo; no formarán parte de los encuentros informales donde se genera confianza y se acuerdan decisiones. El teletrabajo se debe poder combinar con la presencialidad, tanto para hombres como para mujeres, o la cura contra la desigualdad correrá hacia atrás. Quedarse en casa siempre puede ser una trampa”, afirma Cópulo. 

Desconexión digital

Desde BTUI se advierte de que “el teletrabajo no es lo que hemos practicado durante el Covid. No hemos tenido entornos óptimos, hemos hecho malabarismos, con los niños jugando alrededor. Se deben garantizar las condiciones y materiales óptimos. Luz, ordenadores, tiempo…”, explica Junqué. Y enlaza estos avisos con el derecho a la desconexión digital.

El pasado 21 de enero, el Parlamento europeo aprobó un informe de iniciativa legislativa --aprobado por 472 votos a favor, 126 en contra y 83 abstenciones—--que insta a la Comisión Europea a elaborar una ley que garantice a los trabajadores el derecho a desconectarse fuera del horario laboral. También se reclaman unos requisitos mínimos para el trabajo a distancia y esclarecer las condiciones laborales y los horarios de trabajo y de descanso.

Los eurodiputados consideran que el mayor uso de herramientas digitales ha generado una cultura de estar siempre en línea que repercute de forma negativa en la conciliación de la vida familiar y profesional. Trabajar desde casa ha sido fundamental para proteger el empleo y los negocios durante la crisis del Covid-19, pero la combinación de largas jornadas de trabajo y mayores exigencias se ha traducido en un aumento de los cuadros de ansiedad, depresión y agotamiento y de otros problemas de salud mental y física.

La pobreza de tiempo

“Creemos que las mujeres se ven afectadas de maneras desproporcionada por la pobreza de tiempo y que existe una brecha de género en cuanto al uso del tiempo, con menos tiempo disponible para las mujeres para sí mismas, ya que la mayoría de las actividades relacionadas con el cuidado caen de forma desproporcionada bajo su responsabilidad”, explica Marta Junqué.

Por ello, desde BTUI defienden “que es necesario contar con una ley integral sobre políticas de uso del tiempo a nivel estatal, una legislación que sería pionera en la reforma del tiempo a nivel global y que ayudaría a sincronizar los horarios de trabajo, comerciales, educativos, culturales, audiovisuales bajo la base de un amplio pacto social y reducir la pobreza del tiempo, que tanto impacta a las mujeres, entre otros colectivos vulnerables”.

Time Use Week 2021, que se celebrará en Barcelona en octubre, incluirá entre sus temas a debatir el futuro del trabajo, el derecho a la desconexión digital como elemento clave de la gestión del tiempo más saludable.

El impacto del Covid

La Encuesta sobre el impacto de la Covid-19, realizada por el Centro de Estudios de Opinión (CEO) en abril de 2020 también abordaba la falta de corresponsabilidad en el hogar entre hombres y mujeres. El 32,4% de ellas afirmaba haber dormido menos horas de lo habitual, frente el 22% de los hombres. El 30,8% admitía que el cuidado de los hijos ha sido una de las principales ocupaciones durante estas semanas, mientras en el caso de los hombres es del 20,9%. 

“Si la regulación y la implementación del teletrabajo se hace con ceguera de género puede terminar perpetuando e, incluso, aumentando, las desigualdades de oportunidades de mujeres y hombres en el mercado laboral. Por un lado, puede fomentar la segregación horizontal, en tanto que las mujeres ven más atractivas estas modalidades si detrás no hay un compromiso en la corresponsabilidad. Si la cultura organizativa, meramente presencialista no se modifica, las mujeres pueden ver cómo se penaliza su jornada invisible en términos de presencia física en el lugar de trabajo y así, dificultar la permanencia y la carrera profesional”, advertía el Govern. Cifras que contrastan y que demuestran que la desigualdad persiste.