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El arquitecto francés Erik Morvan dejó su casona de los alrededores de París (Francia) hace 23 años. Junto a su esposa, la diseñadora Sabine Morvan, decidió pasar tres fines de semana consecutivos en Lisboa, Roma y Barcelona. Sin dudarlo, eligió esta última ciudad para establecerse. "No conocía a nadie aquí", explica. Ahora, tres décadas después, se marcha. "La ciudad ha perdido nivel cultural", se queja.

Lo dice Morvan a Crónica Global en una de las pocas Art House Experiences que está celebrando en la Ciudad Condal para vender su casa-taller de la calle Taulat. El creativo hospeda a creadores de contenido, intermediarios y brókeres para colocar su vivienda-atelier, un edificio de cuatro plantas en el Poblenou que, a principios del siglo pasado, ocuparon las Bodegas Montroy.

Pide ocho millones de euros por esta joya reformada con inusitado gusto.

"Es tiempo de cambiar"

El matrimonio Morvan recibe al puñado de invitados de forma discreta en el houselab. El espacio, inaugurado en 2016, reúne a una veintena de personas que, gracias a sus contactos, deberán hallar comprador para esta joya situada en el antiguo distrito fabril de Barcelona.

Erik Morvan, Sabine Moran e 'influencers' e inmobiliarios Cedida

La fiesta la organizan Wow Homes, de Anastasia Avtukhova, y Patricia Emerald, de Toni Pérez. Ejerce de maestra de ceremonias Maya Vorobieva, de Mesa Sorpresa. Los anfitriones se mantienen en un segundo plano, saludando a los presentes, y detallando cómo es el hogar en el que han vivido y creado durante nueve años.

"Es tiempo de cambiar", explica el también alumni de la École Spéciale d'Architecture (ESA) de París a este medio.

"La ciudad ha perdido creatividad"

"No es una casa, es un edificio, le llamamos fablab porque aquí ocurren cosas", matiza el genio al describir la unidad. En efecto, en los 1.500 metros cuadrados de Taulat 17 se encajan una residencia de lujo, un estudio de arquitectura, escultura y pintura y un showroom al que se accede con cita previa.

Aquí se crean los prototipos de mobiliario a los que luego se sacará rendimiento por medio de contratos de royalties. "He trabajado para las principales marcas de pintura, laminado o suelo", rememora.

¿Por qué se va? "La ciudad ha perdido creatividad, no puede vivir infinitamente de la Sagrada Familia", lamenta lacónicamente.

Planeó una 'Tate' en las Tres Chimeneas

Dicho y hecho, el hombre que ha diseñado puertas, baldosas y ventanas para casas de lujo de medio mundo, recoge sus bártulos, vende su taller y se va. "Llevo 50 años cambiando de taller cada diez años. Podríamos vivir aquí con Sabine toda la vida pero eso, la vida, consiste en cambiar cosas. Necesitamos ver cosas nuevas", desliza.

El proyecto de Morvan en el Besòs Cedida

¿Barcelona se ha agotado para él? "El nivel cultural de la ciudad ha bajado --continúa--, imagínese que yo armé un proyecto para transformar Las Tres Chimeneas de Sant Adrià de Besòs en una gran ciudad de arte".

"La Tate Modern estaba conmigo"

Su gran proyecto buscaba revitalizar el nervio creativo de la capital catalana. "El Macba está muerto. Jamás pasa nada allí. Yo pretendía montar una ciudad del arte, con 200.000 metros cuadrados de arte, música y creación en las chimeneas", precisa.

La magna obra de Morvan, que jamás vio la luz, buscaría atraer talento de todo el mundo para diseñar cerca del mar. "Era perfecto, y contaba con el apoyo de la Tate Modern --de Londres--, que lo veía como un primo cerca del mar", avanza.

La iniciativa descarriló. "Necesitaba un pool de cinco familias de promotores, los reunimos, pero éstos no se pusieron de acuerdo. El individualismo mató el proyecto", critica. Por internet circulan los renders de los rascacielos.

Por su parte, la antigua térmica del Besòs será en un futuro el Catalunya Media City.

Una bodega-taller por ocho 'kilos'

Con ese traspié en su amplísimo currículum, el reconocido arquitecto --Palais de Congrès de Porte Maillot o interiores del Ayuntamiento de Moscú-- pone pies en polvorosa. Ha confiado su fablab a Avtukhova y a Pérez, reconocidos inmobiliarios del lujo catalán, y busca también interesados por LaNao, su espectacular casa de la elegante Sant Andreu de Llavaneres.

La casa-taller o 'fablab' de Erik Morvan en Barcelona Cedida

Por esa mansión-mirador, el profesional galo pide cerca de dos millones de euros. No quita tanto el hipo como su hogar-atelier, que cuenta con cinco habitaciones, otros tantos baños, centro de wellness en una antigua barrica de vino, piscina climatizada interior, atrio o techo retráctil de cristal para observar la luna.

"Barcelona es ideal, es el paraíso, pero cuesta encontrar propuestas que motiven. Hay que hurgar muy bien", lamenta su entorno, mientras Erik se marcha a atender a otros invitados. Éstos escrutan cada rincón de su torre de marfil, que ahora legará a un interesado que pague el precio correcto.