El president de la Generalitat, Salvador Illa, durante una sesión de control al Govern, en el Parlament, a 19 de noviembre de 2025

El president de la Generalitat, Salvador Illa, durante una sesión de control al Govern, en el Parlament, a 19 de noviembre de 2025 David Zorrakino / Europa Press

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Illa extrema la urgencia con la peste porcina para reducir el impacto exportador, con el foco en Japón

El país asiático, que ha bloqueado por completo la entrada de productos españoles de este segmento, copa hasta un 30% de las posibles pérdidas de la industria por esta crisis, que el Govern ya estima en unos 1.000 millones anuales

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No hay tiempo que perder. La frenética actuación del gobierno de la Generalitat de Cataluña tras la detección de los primeros casos de peste porcina africana ilustran a la perfección la gravedad de la crisis desatada y la urgencia por cerrarla lo antes posible. El principal riesgo es que se prolonguen en el tiempo los bloqueos comerciales a la entrada de carne de este segmento y el consiguiente impacto negativo en la industria catalana, con un destino al que apuntan todos los focos: Japón.

El país del sol naciente no es el principal destino de las ventas de porcino en el exterior. Pero sí, con mucha diferencia, el mayor que ha cerrado por completo sus fronteras a la entrada de este tipo de productos procedentes de toda España.

Las restricciones no aplican en el territorio de la Unión Europea, cuyos miembros constituyen el principal destino de las exportaciones de porcino. El primero en términos individuales, China, delimita el bloqueo a la zona afectada por la peste, que se extenderá al conjunto de la provincia de Barcelona, según confirmó ayer lunes el ministro de Agricultura, Luis Planas.

Sin embargo, el mercado japonés, uno de los más exigentes en cuanto a controles sanitarios, no admite excepciones. Como en el caso de la mayoría de los países asiáticos, su peso en las exportaciones de carne porcina se ha elevado de forma sustancial en los últimos años. Hasta tal punto que las cifras del pasado año sitúan esta proporción en cifras en torno al 10% de la facturación total. 

Imagen de una granja porcina del país

Imagen de una granja porcina del país EFE

De acuerdo con las cifras facilitadas ayer por el conseller de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación de la Generalitat, Òscar Ordeig, las exportaciones del porcino catalán a destinos distintos de la UE están valoradas en la actualidad en unos 1.000 millones de euros.

Hasta un 25% de esta cifra se verá afectada por la suspensión de los certificados de exportación al mercado japonés. Mercados también de primera línea para la industria como los de Reino Unido, EEUU y Corea del Sur (además del citado de China) están abiertos a parcelar las restricciones, en función de las circunstancias de la evolución de la enfermedad. 

Los plazos del bloqueo

La aparición de los primeros casos ya aseguran un impacto negativo para las ventas en el exterior, con bloqueos que pueden extenderse durante 12 meses. Si el brote no se detiene de forma rápida, el cierre de los mercados se prolongará en el tiempo y el tamaño de la crisis corre riesgo de avanzar en proporción geométrica. 

De ahí que las medidas adoptadas por la Generalitat hayan sido meteóricas. El despliegue de la Unidad Militar de Emergencia (UME) por la zona de Collserola, con hasta 80 efectivos, acordonada y decretada en tiempo récord, da buena muestra de ello. 

Un vehículo de la UME donde se han detectado focos de peste porcina en Barcelona

Un vehículo de la UME donde se han detectado focos de peste porcina en Barcelona Lorena Sopêna - Europa Press

El cuerpo especializado contará con la ayuda de la Unión Europea, que también desplazará efectivos a la zona afectada para tratar de contener los contagios. El problema no es exclusivo de España. Otros 13 miembros comunitarios presentan casos de peste porcina africana en sus territorios y, por ende, se ven igualmente afectados desde el punto de vista comercial.

En este escenario, un cierre rápido de la crisis generada por el hallazgo la pasada semana en el bosque de Collserola de dos jabalíes infectados de peste porcina abrirá la puerta a minimizar los efectos negativos de tinte económico, toda vez que evitarlos por completo ya resulta imposible. 

El conseller Ordeig ha señalado que, a partir de ahora, es necesario establecer negociaciones bilaterales prácticamente con cada emisor de certificados de exportación con el fin de tratar de limitar las restricciones; también para delimitar las áreas afectadas en el caso de aquellos países abiertos a regionalizar el bloqueo; y reducir al máximo el veto total a la entrada del porcino, en casos como de los de Japón y otros, como Taiwán y México

Mientras, ganaderos y productores cruzan los dedos para que los protocolos de seguridad de las explotaciones sigan funcionando como hasta la fecha y no se detecte ningún caso en el interior de estas instalaciones. 

El conseller de Agricultura, Pesca y Alimentación, Òscar Ordeig, en una imagen de archivo

El conseller de Agricultura, Pesca y Alimentación, Òscar Ordeig, en una imagen de archivo David Zorrakino - Europa Press

Las patronales confían en la eficacia de los sistemas, muy evolucionado en relación con la mitad de la década de los 90, cuando se dio en España el último precedente de peste porcina africana. 

En el caso de que se diera un caso, el impacto negativo sería mucho más grave. Además del sacrificio de cabezas y la pérdida de cuantiosas inversiones, las posibilidades de un cierre masivo de los mercados para la exportación de porcino se elevarían de forma significativa.