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La prórroga de Almaraz tensiona el calendario nuclear en Cataluña y da alas a Ascó y Vandellòs

La única solicitud formal de prórroga ha sido la extremeña, pero ANAV asegura que las plantas de Ascó y Vandellós están "preparadas" para alargar su vida útil más allá de las fechas pactadas

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El proceso activado por el Gobierno central para estudiar la prórroga de la central nuclear de Almaraz (Cáceres) ha abierto la puerta a un posible reproducción de la estrategia en Cataluña, concretamente en las tres plantas atómicas de Tarragona.

Mientras la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Sara Aagesen, confirmaba este martes en la cumbre climática COP30 de Belém (Brasil) que Almaraz es la "única" central que ha solicitado formalmente la ampliación de su funcionamiento, la empresa que gestiona las plantas catalanas, la Associació Nuclear Ascó-Vandellòs II (ANAV), ha revelado su interés por seguir los mismos pasos.

Expectación por el CSN

Aagesen ha recordado que el calendario de cierre de las centrales se pactó en 2019 con sus propietarios, pero subrayó las condiciones impuestas por el Gobierno: "No íbamos a permitir que el coste de cualquier ampliación repercutiera sobre los consumidores o sobre los ciudadanos", y ahora se prioriza "ver si la seguridad nuclear está ahí", tal y como apunta la Agencia EFE

El Ministerio para la Transición Ecológica ha enviado este lunes al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) el preceptivo informe sobre la petición de prórroga de Almaraz, cuyos reactores tienen previsto el cierre para 2027 y 2028.

La vicepresidenta ha recalcado el "mayor respeto" por el informe técnico del CSN, que tiene hasta el 1 de septiembre de 2027 para emitir su valoración, evitando así "invadir" sus competencias.

Imagen de archivo de la central nuclear de Vandellòs II

Imagen de archivo de la central nuclear de Vandellòs II Europa Press

ANAV se alinea con la prórroga

En paralelo a las declaraciones de Aagesen, el director general de ANAV, Paulo Santos, ha manifestado este martes que las centrales de Ascó I, Ascó II y Vandellòs II están "preparadas" técnicamente para continuar operando si el Gobierno abre la posibilidad.

La posibilidad de alargar la vida útil de las plantas tarraconenses ha sido recibida como una "buena noticia" por ANAV, que ve en el caso de Almaraz un camino a seguir para posponer los cierres programados. Según el calendario vigente, Ascó I debe cerrar en 2030, Ascó II en 2032 y Vandellòs II en 2035.

ANAV, la gestora de las tres plantas situadas en la Ribera d'Ebre y el Baix Camp, ha asegurado —en un encuentro con medios recogido por El Periódico— que las instalaciones se encuentran en "perfectas condiciones técnicas" para operar más allá de las cuatro décadas que ya han superado.

Sin embargo, el director general de ANAV se mantiene "a la expectativa de los trámites del Consejo de Seguridad Nuclear, esperando a ver la reacción del poder político", y ha reconocido que la decisión formal de solicitar la prórroga aún no está a su alcance.

La empresa ha destacado su inversión anual de entre 90 y 100 millones de euros en seguridad y fiabilidad, y ha recordado que para una hipotética quinta década de funcionamiento sería necesaria una nueva revisión periódica de seguridad a la que se someten cada diez años (superada por última vez en 2020-2021). Las centrales de Ascó y Vandellós II produjeron el 59% de la energía consumida en Cataluña en 2024.

El apagón de abril y el debate nuclear

La nueva posición de ANAV a favor de la prórroga coincide con un intenso debate técnico y político sobre la viabilidad del sistema eléctrico español, reavivado tras el "cero energético" que afectó a la península el pasado 28 de abril.

Las tres centrales catalanas sufrieron una parada automática por la caída de frecuencia en la red eléctrica, un evento que llevó a las plantas a ser alimentadas por generadores diésel, tal y como está previsto en sus sistemas de seguridad. La reactivación de las operaciones se demoró varias horas.

Este incidente ha servido como argumento para quienes defienden la extensión de la vida útil de las nucleares. El expresidente de Red Eléctrica, Jordi Sevilla, explicó a Crónica Global que España debería conceder una prórroga al parque nuclear y aplazar la decisión final hasta 2030.

Sevilla argumentó que "da mucho miedo que nos precipitemos a un cierre cuando todo lo demás es una hipótesis", defendiendo la potencia de las nucleares como refuerzo ante un sistema cada vez más dependiente de las renovables.