Fachada del hotel Sonder Paseo de Gracia en Barcelona con las puertas cerradas Barcelona
Así se vivió el descalabro de los hoteles Sonder en Barcelona: "Vaciamos el edificio en un día"
Miles de huéspedes fueron desalojados de hoteles tras la quiebra de la firma de apartamentos turísticos aliada con Marriott
Los trabajadores de los cinco establecimientos de Barcelona siguen sin noticias sobre su futuro
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A las nueve de la mañana del 10 de noviembre, los huéspedes del hotel Sonder Paseo de Gracia recibieron un correo electrónico con unas primeras líneas tan secas como inesperadas: "El acuerdo de licencia de Sonder con Marriott International, Inc. ya no está en vigor. Como resultado, Sonder ya no puede cumplir con el resto de su estancia. Le instamos a desalojar las instalaciones lo antes posible".
En menos de una hora, los pasillos del cinco estrellas se llenaron de maletas y rostros incrédulos. "Tuvimos que vaciar el hotel en un día", cuenta un trabajador del establecimiento a Crónica Global. "A todos los clientes les llegó un email que les informaba de que tenían que abandonar el hotel. Hubo quejas, claro, pero no podíamos hacer nada".
La escena se repitió, con pequeñas variaciones, en otros cuatro hoteles de la ciudad —Casa Luz, El Palacete, Do Plaça Reial y La Casa del Sol— y en varios establecimientos de Madrid y Málaga.
El hotel Sonder Paseo de Gracia de Barcelona vacío y a puerta cerrada Barcelona
Los huéspedes se marchaban apresurados; los empleados, perplejos, recogían tarjetas, cerraban habitaciones, respondían preguntas sin respuesta. En apenas unas horas, los lujosos apartamentos turísticos que hasta el día anterior lucían el sello "Sonder by Marriott" se convirtieron en espacios vacíos, ecos de un experimento empresarial que había prometido reinventar el alojamiento urbano.
"La noticia nos sorprendió a todos, desde los rangos más bajos a los más altos", reconoce el empleado del hotel de paseo de Gracia. "Ahora seguimos viniendo a trabajar, pero no hay huéspedes. Hacemos guardias, porque si no, sería abandono laboral. El clima es de pura incertidumbre".
Un apagón global
El cierre fulminante no fue un fenómeno local. En cuestión de horas, miles de viajeros en más de 40 ciudades del mundo quedaron sin habitación y con pocas explicaciones. Sonder Holdings, la compañía gestora californiana que desde 2014 había construido un imperio híbrido entre hotel y apartamento turístico, se declaraba en quiebra en Estados Unidos bajo el 'Chapter 7', la fórmula que implica liquidación total.
El colapso arrastró también a Marriott International, el gigante hotelero con el que Sonder había firmado en agosto de 2024 un acuerdo de franquicia para integrar sus 9.400 habitaciones en la red global del programa Marriott Bonvoy. Apenas 15 meses después, la alianza se rompía abruptamente.
En un comunicado remitido a última hora del domingo 9, Marriott anunciaba el final del contrato "debido al incumplimiento por parte de Sonder". La multinacional se apresura a desvincularse: "Sonder ya no forma parte de Marriott Bonvoy y sus propiedades no están disponibles para nuevas reservas. Estamos en contacto con los huéspedes que realizaron sus reservas directamente a través de los canales de Marriott para atender sus necesidades", señalaban fuentes de la hotelera a este digital.
La caída de una promesa
Sonder nació en San Francisco como una startup que quería fusionar la calidez del hotel boutique y la flexibilidad del apartamento turístico. Su concepto, conocido como flex living, pretendía atraer a jóvenes profesionales, nómadas digitales y fondos de inversión convencidos de que el futuro del alojamiento sería digital, ágil y sin mostradores.
La pandemia, que derrumbó a buena parte del sector, se convirtió para Sonder en una oportunidad. Su modelo de estancias medianas y check-in automático se adaptaba a las nuevas rutinas de viaje. En 2021 dio el salto a bolsa en el Nasdaq de Nueva York, y en 2024 selló su alianza con Marriott, que pagó 15 millones de dólares por integrar los establecimientos bajo la marca "Sonder by Marriott".
La placa de cinco estrellas del hotel Sonder Paseo de Gracia de Barcelona Barcelona
Pero la integración tecnológica —pieza clave del acuerdo— se convirtió en un laberinto. "Las dificultades imprevistas para alinear nuestras plataformas tecnológicas generaron costes de integración significativos y una fuerte caída de ingresos", reconoció Janice Sears, directora ejecutiva interina de Sonder, en el comunicado con el que anunció el cierre definitivo.
Pérdidas en cadena
Los números confirman el descalabro. Entre julio y septiembre de 2025, Sonder registró unas pérdidas de 44,3 millones de euros, frente a los 34 millones de beneficios del año anterior. En solo cuatro años acumuló un agujero de más de 560 millones. La emisión de acciones preferentes a precio rebajado en abril fue la última maniobra para ganar tiempo, pero solo evidenció la falta de liquidez.
En paralelo, las dudas crecían. El 5 de noviembre, la empresa aplazó sin fecha su junta de accionistas. Cinco días después, anunció su liquidación.
El eco en España
En España, Sonder gestionaba casi una decena de establecimientos en Barcelona, Madrid y Málaga. En la capital catalana, los edificios amanecieron el 10 de noviembre vacíos por dentro: las cortinas corridas, los ascensores detenidos, los pasillos en silencio. Solo los trabajadores de la compañía seguían allí, cumpliendo turnos, esperando noticias.
"Parecería ser que estamos en medio de un proceso de reorganización", explica el empleado del Paseo de Gracia. "Pero nadie nos ha comunicado nada oficialmente. Dependemos de las leyes locales. Por ahora, seguimos trabajando".
Hotel Sonder Paseo de Gracia Barcelona
Mientras tanto, Marriott intenta contener el daño reputacional. La compañía insiste en que Sonder "gestionaba sus propiedades y tomaba decisiones empresariales de manera independiente". Y asegura que su prioridad son los huéspedes afectados, a quienes ofrece reembolsos o alojamientos alternativos "siempre que sea posible".
Lo que iba a ser una historia de éxito transatlántico ha acabado como una crónica del desconcierto. En Barcelona, el hotel Paseo de Gracia —con su fachada modernista y su recepción minimalista— sigue encendido por las noches, aunque nadie entra ni sale.