Foto sobre un bloque de viviendas (archivo)
Forcadell augura un boom inmobiliario en 2026 sin burbuja y con precios de venta un 8% más altos
La inmobiliaria barcelonesa y la Universitat de Barcelona han presentado este martes su informe anual sobre la situación del mercado inmobiliario en el país
Entre las principales previsiones para los próximos dos años, el estudio destaca una mayor escasez de vivienda, el aumento de la ayuda económica de los padres a sus hijos para comprar vivienda, y unas ventas de inmuebles de segunda mano que podrían marcar un nuevo récord
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España vive un boom en la venta de vivienda desde el segundo trimestre de 2024, que continuará en los próximos años. Este crecimiento se apoyará en el paso masivo de los menores de 40 años del alquiler a la compra, impulsado por la mayor transferencia de capital entre padres e hijos que alcanzará su mayor nivel en 2026, y en un récord de operaciones de vivienda de segunda mano, sin señales de una nueva burbuja inmobiliaria.
Estas son las principales conclusiones del Informe del Mercado Inmobiliario, Actualidad y Perspectivas 2025, de la Universidad de Barcelona y Forcadell, presentado este martes en la sede de la inmobilaria barcelonesa, en el marco de un informe que cumple 25 años de colaboración entre ambas entidades.
El acto ha sido liderado por el consejero delegado de Forcadell, Ivan Vaqué, junto al profesor de economía y director del Máster de Asesoría, Gestión y Promoción Inmobiliaria de la UB, Dr. Gonzalo Bernardos.
El suelo y la oferta
Durante su intervención, Vaqué ha destacado el valor del informe, al que ha calificado como una “herramienta" clave para los lectores, más allá del sector inmobiliario. También ha recordado que que desde la consultora llevan años alertando sobre la crisis de vivienda en España y ha señalado que el diagnóstico es evidente: falta vivienda porque falta suelo.
Asimismo, Vaqué ha criticado que las políticas de vivienda, en todos los niveles de la Administración, resultan "ineficientes".
"La gravedad es la falta de suelo causada por una mala gestión urbanística. En 2006, se construyeron cerca de 800.000 viviendas; en 2007, unas 500.000. En contraste, desde 2020, se construyen 100.000 viviendas de media en España, de las que 15.000 están en Cataluña", ha explicado el directivo, especificando que la demanda de las familias catalanas es 75.000 viviendas anuales, muy por encima de la oferta.
Descarta burbuja
Por su parte, Bernardos ha descartado la existencia de una burbuja inmobiliaria y ha explicado que este fenómeno aparece cuando la banca concede créditos en exceso a compradores sin capacidad real para endeudarse.
A diferencia de la crisis de 2006 --que tuvo una primera fase de fuerte subida de precios y otra de caída abrupta, alimentadas por un exceso de crédito y demanda artificial--, la situación actual es diferente. No existe una demanda de reserva (ya compraron quienes podían hacerlo), no hay recesión ni gran crisis, y la banca es mucho más prudente, ha indicado.
En la misma línea, el profesor de la UB ha recordado que durante la pasada burbuja inmobiliaria el crédito bancario para vivienda alcanzó unos 170.000 millones de euros, frente a los 85.000 millones actuales, y estimó que en 2026 podría llegar a unos 102.000 millones, por lo que, según sus palabras, "seguiremos muy lejos" de los niveles previos a la crisis.
Vivienda de segunda mano
Según el informe, en 2026 el precio de la vivienda aumentará cerca de un 8% y las ventas un 7,5%, hasta alcanzar unas 850.000 transacciones, la tercera cifra más alta de la historia.
La vivienda de segunda mano volverá a marcar récord, con 765.000 operaciones, impulsada por la escasez y el alto coste del alquiler, la estabilidad del empleo, el aumento del salario real, los bajos tipos hipotecarios y el mayor acceso al crédito.
Además, se prevé un fuerte incremento en la compra de vivienda por parte de menores de 40 años, favorecido por el mayor trasvase de capital de padres a hijos registrado en España.
Mercado de alquiler
Según el mismo informe, el control de los alquileres no está consiguiendo frenar los precios. En Barcelona, una aplicación estricta del tope supondría bajadas superiores al 25 %, pero el impacto ha sido mínimo porque muchos contratos siguen vigentes y parte de la oferta se ha desplazado al alquiler de temporada.
Además, la oferta de vivienda en alquiler se ha reducido de forma notable en los últimos años, ya que los propietarios afrontan más riesgos y menor rentabilidad, mientras la administración apenas ha incrementado la construcción, con una media de solo 2.484 viviendas anuales entre 2019 y 2024, detalla el documento.
Alquiler de temporada en Barcelona
En la capital catalana, los alquileres de temporada ganan terreno frente al tradicional, impulsado por la "población flotante y el control de precios". Asimismo, el control de rentas ha eliminado la ventaja que tenían los inquilinos antiguos, al aplicar las mismas condiciones a renovaciones y nuevos contratos.
Por último, el estudio aclara que el aumento de las viviendas turísticas no explica el encarecimiento del alquiler, ya que representan apenas el 1,4% del total de viviendas y el 7% del parque arrendado, cifras insuficientes para justificar la subida del 94,7% registrada en la última década.