Gonzalo Gortázar, consejero delegado de Caixabank / EP

Gonzalo Gortázar, consejero delegado de Caixabank / EP

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Caixabank refuerza su rentabilidad y actividad crediticia ante un escenario de fusiones en la banca

La entidad consolida los pilares del plan estratégico como su mejor arma tras una OPA del BBVA sobre el Sabadell que anticipa más operaciones de este tipo en España y Europa

Más información: Gortázar prevé más operaciones de concentración en Europa pero descarta que Caixabank participe

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A punto de cumplirse un año desde que el consejo de administración de Caixabank aprobó su segundo plan estratégico desde la fusión con Bankia, el programa ha resultado ser la mejor base para que la entidad afronte un futuro inmediato marcado por una nueva oleada de procesos de concentración bancaria, tanto en España como en Europa.

La fallida OPA hostil del BBVA sobre el Banco Sabadell no ha sido sino un caso más de los que se han registrado en la zona euro; principalmente en los mercados internos (en particular, en Italia) pero también con procesos transfronterizos como el del transalpino Unicredit con el alemán Commerzbank.

"Hay una cierta presión por la consolidación del sector bancario en Europa. Y no creemos que vaya a desaparecer", aseguró este viernes el consejero delegado de Caixabank, Gonzalo Gortázar, tras la presentación de los resultados de la entidad hasta septiembre. 

Unas cuentas que reflejan a la perfección la estrategia del banco con vistas a situarse en el escenario ya presente en el sector. Ante una realidad de tipos a la baja en los últimos 12 meses y su consiguiente merma en el margen de intereses, Caixabank se aferra a las claves de su hoja de ruta hasta 2027: refuerzo de la rentabilidad para lograr un incremento sostenido de la actividad. 

Exterior de una oficina de Caixabank

Exterior de una oficina de Caixabank Cedida

En resumen, ser más rentables para poder dar más crédito. Y, en paralelo, la transformación del banco hacia un modelo más digital.

La mengua en el margen de intereses a 12 meses, próxima al 5%, ha dejado el incremento del beneficio neto en el 3,5%. Incluso, como recalcó el propio Gortázar, la evolución hubiera sido aún menor en el caso de que el denominado impuesto a la banca se hubiera consignado en las cuentas de forma homogénea.

Crédito, a ritmo de dos dígitos

Sin embargo, la nueva producción de crédito se ha elevado por encima del 20%, traducido a unos 61.000 millones de euros en términos absolutos. Y, aunque vuelve a plantearse entre las entidades la enésima guerra hipotecaria, la evolución a ritmo de dos dígitos también se ha dado en los segmentos de empresas y de consumo.

Un esfuerzo para el que resulta fundamental mantener una elevada rentabilidad. Caixabank registra un retorno sobre activos propios por encima del 15%, próximo al objetivo del 16% establecido para el cierre del plan estratégico. 

Josep Oliu, presidente del Banco Sabadell, en su comparecencia frente a los medios / BANCO SABADELL

Josep Oliu, presidente del Banco Sabadell, en su comparecencia frente a los medios / BANCO SABADELL

El consenso del mercado apunta a nuevas operaciones tras el fracaso de la OPA del BBVA sobre el Sabadell. Un resultado que ha sacado de las quinielas a la entidad que preside Carlos Torres; no ha sucedido lo mismo con la que lidera Josep Oliu, a la que han atribuido no pocos compañeros de baile. 

De hecho, aún en pleno proceso de OPA, el consejero delegado del Sabadell, César González-Bueno, abrió la puerta a futuras operaciones corporativas con el banco catalán como protagonista en el ámbito de la banca mediana. Eso sí, en ningún caso a corto plazo. 

Por su parte, Oliu ha descartado en los últimos días, conocido ya el resultado de la OPA, que el Sabadell afronte una operación a lo largo del plan estratégico que la entidad aprobó a finales de julio y que se prolongará hasta 2027.

Maniobras que buscan, principalmente, ahorro en forma de sinergias, con especial incidencia en la parte tecnológica. Tras protagonizar una gran fusión que le situó como el primer banco de España y reforzó su liderazgo en la gran mayoría de los segmentos del mercado, la estrategia de Caixabank se desmarca en este punto del resto y le permite competir con hacer sostenible el incremento de su actividad comercial.

Reversión a la sociedad

Otra de las derivadas es la posibilidad de mejorar la retribución de los accionistas. En este caso, no ocupa la primera línea del plan estratégico, como sí lo hizo en el anterior, cuando se comprometió a devolver capital a sus socios por valor de 9.000 millones de euros. 

La cifra, revisada posteriormente a 12.000 millones, está ya en manos de los socios, a falta de culminar la recompra de acciones en curso, por valor de 500 millones. 

Imagen del programa 'Sempre Acompanyats', de la Fundación la Caixa

Imagen del programa 'Sempre Acompanyats', de la Fundación "la Caixa" Fundación La Caixa

En esta ocasión, la aportación a la sociedad de Caixabank se centra en ampliar la concesión de crédito a las familias. Pero sin olvidar que de los dividendos se benefician cerca de 590.000 accionistas minoritarios que conforman la estructura de capital de la entidad. 

En una doble dimensión, los dos principales accionistas son la Fundación Bancaria La Caixa y el Estado, a través del FROB. De este modo, la retribución al accionista también es un modo de revertir a la sociedad los beneficios de esta política. En el caso de la primera, porque se emplea para la financiación de su ingente obra social; en el caso de la segunda, porque va a parar directamente a las arcas públicas.