José Elías, empresario millonario de 49 años: “Si tienes una empresa, eres un explotador y solo busca el dinero”

La figura del empresario, fundamental para la economía y la creación de empleo, se encuentra a menudo bajo un estigma social profundamente arraigado. El empresario millonario, José Elías, recoge una de las percepciones más duras, encapsula el sentir de muchos emprendedores que luchan contra una imagen distorsionada de su rol.

La sociedad, según la voz de los empresarios que buscan dignificar su figura, parece inculcar la idea de que “si tienes una empresa, eres un explotador”, según expone José Elías. Esta es, al menos, la sensación que la sociedad impone al empresario.

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A aquellos que deciden iniciar negocios y arriesgar su capital se les “pinta como gente sin escrúpulos que solo busca el dinero”. Existe la noción pública de que a los dueños de las empresas no les importa su equipo ni “absolutamente nada” más allá de la ganancia financiera.

No obstante, la realidad que experimenta la “gran mayoría” de los empresarios es muy distinta a esta caricatura. Lejos de ser la persona sin escrúpulos que solo busca el beneficio personal, el empresario es, ante todo, alguien que “arriesga su patrimonio”. El compromiso y la preocupación van mucho más allá de la imagen fría que se proyecta.

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Estos líderes empresariales son, en muchos casos, personas que “no duerme por las noches pensando en cómo pagar las nóminas”. Esta preocupación constante por el bienestar y la estabilidad de su personal revela un lazo profundo que desmiente la acusación de desinterés. De hecho, el empresario ve a sus empleados, en muchos casos, “como una extensión de nuestra familia”.

La empresa, vista desde dentro, es un proyecto colectivo, un esfuerzo mutuo donde el éxito depende de la colaboración. Según Elías, los empresarios son conscientes de que “esto es un barco en el que remamos todos”. En esta analogía, el rol del empresario es vital: él “dice hacia dónde ir y asume el riesgo” inherente a la navegación económica. Sin embargo, el avance real del negocio es una tarea del colectivo: “el equipo es el que hace posible que la empresa avance”.

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Es crucial comprender que la relación entre el empresario y su equipo es simbiótica e indispensable. “Ninguno funciona sin el otro”. Según el experto, ambos componentes son “necesarios para crear riqueza en el país”. Sin la visión, el liderazgo y el riesgo que asume el empresario, la empresa no podría existir.

Por esta razón, quienes defienden la importancia del empresario tienen la misión de continuar en las plataformas públicas, incluyendo las redes sociales, para “dignificar la figura del empresario”. Es un esfuerzo necesario para combatir la demonización constante de “quien crea empleo”. El mensaje es claro y urgente: es hora de dejar de demonizar a aquellos que se arriesgan por la prosperidad colectiva.

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En última instancia, la supervivencia económica y social depende de la valentía empresarial. “Sin empresarios que se la jueguen, no hay empresas”. Y la conclusión, tan simple como contundente, no deja lugar a dudas sobre las consecuencias de perpetuar el estigma: “Y sin empresas, no hay futuro”. La intención es cambiar la narrativa social que encasilla al empresario únicamente como un explotador que busca el dinero.