Concentración de los sindicatos contra el último ERE del BBVA / EP

Concentración de los sindicatos contra el último ERE del BBVA / EP

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La OPA hostil a los sindicatos, el contrapoder para un Sabadell independiente bajo el control del BBVA

Una de las mayores complicaciones del proceso que planea el banco con sede en Bilbao para hacerse con su competidor es la frontal oposición de los trabajadores

Más información: El Gobierno obliga al BBVA a mantener la autonomía del Banco Sabadell y le impide despedir en tres años

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La mejora de la oferta del BBVA para hacerse con el control del Banco Sabadell ha cambiado el proceso que la entidad con sede en Bilbao lleva a cabo desde mayo del pasado 2024. Las posibilidades de que, finalmente, logre su propósito se han elevado notablemente. Sin embargo, el nuevo escenario no está exento de dificultades. Entre ellas, una de las que han permanecido hasta ahora en un segundo plano: las laborales.

El apoyo de numerosos accionistas institucionales a la OPA mejorada, ilustrado en el propio consejero del Sabadell David Martínez, acerca las opciones de que el BBVA siga adelante con el proceso, una vez se liquide la oferta.

El consenso de los analistas apunta a que será difícil que la entidad que preside Carlos Torres se haga con más de la mitad de los derechos de voto, como es aun su cometido único. Pero también señala que la opción más probable es que la aceptación de la oferta supere el 30% y el BBVA pueda seguir adelante con su proyecto de controlar a su competidor, aunque de manera diferida.

La propia entidad vasca recogía en el folleto de la OPA, aprobado por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) en los primeros días de septiembre, que aun un éxito parcial de la oferta le permitiría controlar la junta de accionistas del Banco Sabadell. Y con la asamblea en su poder, los cambios que quiere introducir en la entidad opada se convertirían pronto en una realidad.

El presidente de BBVA, Carlos Torres, durante la presentación de resultados del banco / EP

El presidente de BBVA, Carlos Torres, durante la presentación de resultados del banco / EP

Así, dado que el quórum de asistencia de las juntas del Sabadell se ha situado en los últimos años en torno al 70%, al BBVA le bastaría con hacerse con una proporción cercana al 35% para hacer que sus propuestas como accionista salieran adelante.

En diversas actualizaciones del folleto de la oferta depositado en la Comisión de Valores de EEUU (SEC), el BBVA adelantó que su intención pasaba por simplificar la estructura ejecutiva y organizativa del Sabadell en el caso de que la OPA finalizara con éxito.

Una idea general que se traduce en una reducción del consejo de administración y un reemplazo de los principales ejecutivos y miembros del órgano de gobierno por representantes del nuevo accionista o independientes.

En este escenario, cuya posibilidad de hacerse realidad se ha incrementado con la subida de la oferta del BBVA, el papel de los trabajadores cobra aun mayor relevancia. Ante la ausencia de los directivos que han peleado durante el proceso de la OPA para que el Sabadell se mantuviera en solitario, los sindicatos se revelan como el contrapoder que deberá velar por el cumplimiento de las condiciones impuestas en su día por el Consejo de Ministros para autorizar la operación.

Una independencia que lastra

Entre ellas, la más llamativa es el veto a la fusión durante tres años. Pero la derivada de que el Sabadell mantenga su independencia operativa y estratégica durante este periodo es notablemente más difusa y más susceptible de distintas interpretaciones.

En los últimos días, la cúpula del Banco Sabadell ha insistido en que el cumplimiento de esta condición hará muy difícil que el BBVA pueda obtener sinergias de la operación, prácticamente hasta el mismo instante de la fusión.

El presidente del Banco Sabadell, Josep Oliu (i), y el presidente del BBVA, Carlos Torres Vila (d), se saludan en el Ministerio de Economía

El presidente del Banco Sabadell, Josep Oliu (i), y el presidente del BBVA, Carlos Torres Vila (d), se saludan en el Ministerio de Economía Ricardo Rubio / Europa Press

En el caso de que, finalmente, el BBVA se haga con más del 30% en la OPA, lo más probable es que ninguno de los directivos del Sabadell que han recordado esta condición del Gobierno permanezca en la entidad para velar por su cumplimiento, con hechos y con datos en la mano.

Otro de los elementos que con frecuencia ha recordado la cúpula del Sabadell en este periodo ha sido el notable rechazo social con la que ha contado desde el primer momento la OPA hostil del BBVA. Una oposición que se ha extendido desde patronales empresariales a Administraciones Públicas, partidos políticos, clientes, otros grupos de interés… y también los sindicatos.

Recelo inicial, rechazo frontal

"Una operación de este tipo es ya de por sí muy complicada. Pero si, además, cuenta con el rechazo frontal de los trabajadores, la dificultad se multiplica de forma exponencial", apunta un consultor especializado en el sector.

Fuentes sindicales recuerdan que este tipo de operaciones siempre cuentan con el recelo de los representantes de los trabajadores, en tanto en cuanto suelen tener consecuencias negativas en materia de empleo.

Manifestación de los sindicatos contra el último ERE del BBVA / EP

Manifestación de los sindicatos contra el último ERE del BBVA / EP

"No obstante, estar vigilante desde el primer momento y comenzar ya en posición frontal ante la operación son dos cosas diferentes", señala la fuente, que recuerda la situación con la fusión entre Caixabank y Bankia. Por entonces, los sindicatos se movilizaron cuando se anunciaron las primeras propuestas del ERE.

"En este caso, aun no hay cifras encima de la mesa, las condiciones del Consejo de Ministros también incluyen la prohibición de despedir por causas directamente relacionadas con la OPA. Pero, aun así, la oposición es muy firme".

Se trata de un factor que, hasta la fecha, no ha estado entre los más debatidos de este proceso. Pero el panorama podría cambiar radicalmente. Si las circunstancias en torno a la operación ya han hecho modificar al BBVA sus planes y objetivos y retrasar las metas, las circunstancias laborales podrían terminar de convertir el proceso en un laberinto indescifrable.