Xavi Ginesta, emprendedor y líder empresarial catalán: “Mucha gente con dinero se vuelve más infeliz”

El éxito empresarial y la riqueza no siempre van de la mano de la felicidad. Así lo afirma Xavi Ginesta, cofundador de Voxel, en una conversación en el pódcast Talent Match. Su trayectoria es tan atípica como reveladora: en 1998, Voxel nació como una bodega virtual y acabó transformándose en una plataforma de pago electrónico B2B para el sector turístico.

Dos décadas después, la compañía fue adquirida por Amadeus en una operación millonaria que cambió para siempre la vida de Ginesta.

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Pero, lejos de instalarse en una vida de lujo, el empresario catalán reflexiona sobre un fenómeno que ha observado de cerca: “Lo curioso es que mucha gente que tiene esa cantidad de dinero, en realidad, aunque parezca increíble, se vuelven más infelices”.

El espejismo de la riqueza

Según Ginesta, el dinero puede aportar tranquilidad, pero no garantiza plenitud. “Tener una cantidad de dinero que te permita olvidarte del dinero te da una tranquilidad que contribuye a que tu contexto te ayude a encontrar esa felicidad. Pero la felicidad no está en el dinero en sí”, explica.

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El problema aparece cuando la riqueza se convierte en un intento de llenar vacíos internos con adquisiciones externas: “Empiezan a llenar de cosas y de experiencias su vida pensando que eso les va a llevar a la felicidad: un yate, dar la vuelta al mundo… Pero cuanto más gastan, más grande es el agujero existencial. Más crece la desesperación de ver que no hay manera de llenarlo”.

Ginesta recuerda incluso a emprendedores que, tras vender su empresa, atravesaron lo que él llama una “depresión de caballo”: el choque de comprobar que el dinero no daba sentido a su vida.

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Cultura y propósito, no solo rentabilidad

Si algo marcó el éxito de Voxel fue, en palabras de su cofundador, la convicción de que “la cultura es la clave de nuestro éxito”. Para él, las empresas del futuro no podrán basarse únicamente en la rentabilidad: “El dinero es la gasolina del propósito y no el propósito en sí mismo. Las empresas que no hagan esta evolución van a ser carne de selección natural”.

Con esta visión, Ginesta plantea un capitalismo más consciente, en el que el crecimiento personal y la felicidad de las personas ocupen el centro.

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De empresario a filántropo

Tras la venta de Voxel, lo primero que sintió no fue euforia, sino responsabilidad: “Lo primero que sentí fue un sentido enorme de responsabilidad. Pensé: esto tengo que optimizarlo para devolverlo”.

Hoy, su foco está en la filantropía y la investigación en neurociencia, convencido de que el verdadero legado no se mide en cifras, sino en la capacidad de generar impacto positivo.

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En un mundo donde el éxito suele asociarse con la acumulación de riqueza, la mirada de Ginesta ofrece un contrapunto necesario: el dinero puede comprar libertad, pero la felicidad sigue siendo una cuestión de propósito.