La nueva planta fotovoltaica de Vidreres

La nueva planta fotovoltaica de Vidreres Govern de la Generalitat

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Cataluña cubre con renovables sólo el 17% de lo que han dejado de generar las fuentes tradicionales

La proporción es casi cinco veces inferior a la que se da en el conjunto del sistema peninsular, en el que la energía verde ha ganado más de 20 puntos de cuota, frente a los siete que ha avanzado en el territorio

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El escaso avance de las renovables en Cataluña dibuja un complicado panorama energético en el territorio. La situación, agravada por la falta de acuerdo para convalidar en el Parlament el decreto de la Generalitat que pretendía agilizar los proyectos de almacenamiento, viene no obstante de lejos. La evolución de los últimos 15 años ilustra a la perfección la parálisis sufrida por el desarrollo de la energía verde en Cataluña respecto del que presenta el conjunto del sistema peninsular.

La perspectiva de los últimos quince años arroja un escenario desolador. Desde 2010, Cataluña ha sido capaz de cubrir con renovables tan sólo el 17% de la energía eléctrica que se ha dejado de producir a partir de fuentes tradicionales.

Una proporción que palidece frente a la que presenta el conjunto del sistema peninsular. En el mismo periodo de tres lustros, el sistema ha podido cubrir con energías limpias nada menos que el 73% de la electricidad que ya no generan las plantas de carbón, las centrales térmicas de fuel, los ciclos combinados y, en menor medida, las nucleares

En este periodo, la producción energética global se ha reducido en ambos casos, gracias en parte a los avances en materia de eficiencia y la mejora de diversos procesos productivos. Una evolución que ha derivado en una menor demanda.

Los promotores de parques eólicos lamentan la excesiva carga burocrática que dilata su tramitación

Los promotores de parques eólicos lamentan la excesiva carga burocrática que dilata su tramitación Agostime / Europa Press

Sin embargo, el descenso de la generación en Cataluña desde 2010 se aproxima al 16%, mientras que en el conjunto del sistema se sitúa algo por encima del 4%. Llaman más la atención las diferencias que se dan en función de las diferentes fuentes de energía. 

Así, el sistema ha dejado de generar en este periodo algo más de 66.260 gigawatios/hora (GW/h) a partir de fuentes convencionales; en términos relativos, supone un descenso muy cercano al 37%. 

Cuota de reemplazo

En paralelo, la producción a partir de energías limpias desde 2010 se ha incrementado en torno a 48.430 GW/h, de acuerdo con los datos de Red Eléctrica. Es decir, que casi tres de cada cuatro unidades que se han dejado de generar con plantas contaminantes ya han encontrado sustitución con la energía verde. 

En cambio, el escenario es muy diferente en Cataluña. En los últimos 15 años también ha habido un recorte de la generación a partir de fuentes tradicionales; sin embargo, la proporción ha sido sensiblemente inferior a la del sistema global. 

Concretamente, el recorte ha sido de algo más de 9.280 GW/h, en torno a un 22,5% menos que en 2010. Con todo, lo más alarmante es el incremento que, en paralelo, ha experimentado la producción con renovables: apenas 1.620 GW/h, conforme a datos oficiales de la Generalitat de Cataluña. 

O lo que es lo mismo: las energías verdes no alcanzan a cubrir ni dos de cada diez unidades que ya no proceden de las centrales térmicas y nucleares.

Imagen de archivo de la central nuclear de Vandellòs II

Imagen de archivo de la central nuclear de Vandellòs II Europa Press

Otra comparativa que sirve para ilustrar el retraso que arrastra el territorio en cuanto al desarrollo renovable tiene que ver con la evolución del peso de estas energías en los mercados.

De esta forma, en 2010 las fuentes tradicionales, las que emiten más emisiones de gases contaminantes, eran el origen del 65,5% de la energía eléctrica producida en el sistema peninsular. Quince años después, la proporción se ha reducido en más de 22 puntos, para situarse en el 43,2% al cierre de 2024. 

El problema de las nucleares

En Cataluña, el punto de partida ya era diferente, por cuanto las plantas no renovables acaparaban algo más del 85% de la producción en 2010. Al finalizar el pasado ejercicio, este peso se había reducido menos de siete puntos (en concreto, 6,85) y se situó en el 78,4%.

Este escenario hace que cada retraso en la puesta en marcha de acciones que contribuyan a paliar el retraso que acumula Cataluña en el despliegue de las renovables cobre tintes dramáticos.

Y más aún, si se tiene en cuenta que cerca de un 60% de la producción anual se concentra en los tres reactores nucleares presentes en el territorio y cuya fecha de cierre está fijada entre 2030 y 2032. Si finalmente no media un acuerdo entre el Gobierno y las empresas accionistas para modificar el calendario acordado hace siete años, Cataluña se verá abocada a un escenario de inestabilidad en el suministro y elevados costes.