La Generalitat subasta por primera vez una empresa heredada

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Se buscan empresarios en Cataluña: la Generalitat subasta por primera vez una empresa heredada

Se trata de una fábrica histórica que no encuentra un buen comprador para la Administración

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Normalmente, las ofertas laborales suelen buscar empleados, como mucho, directivos. Del mismo modo, la Generalitat recibe pisos o locales comerciales por herencias sin herederos y, puntualmente, hoteles y castillos. Por eso sorprendió una noticia: la Generalitat busca empresarios.

Lo hace después de recibir por primera vez una empresa en funcionamiento que no tiene quien se encargue de ella. Es un hecho inédito, histórico, como la compañía que ha recibido: Fadaic, un fabricante de pasta artesanal con sede en Ripollet (Barcelona).

Esta empresa, especializada en la elaboración artesanal de pasta para canelones y lasañas, fue fundada en 1961 por Manuela Marimon y su esposo. Tras el fallecimiento prematuro de su marido, la mujer quedó al frente de la empresa, dedicándose a ella con firmeza y constancia.

Mujer avanzada para su época, había estudiado la carrera Mercantil, el equivalente a la actual Económicas, desafiando las convenciones familiares. Sin hijos ni familiares directos, su vínculo con Fadaic se mantuvo intacto hasta su muerte en 2019 a los 98 años.

Herencia a Sant Joan de Déu

Como no tuvo a quien dejar la fábrica, en sus últimas voluntades, Marimon había decidido legar todos sus bienes al Hospital Sant Joan de Déu. Sin embargo, el centro rechazó el patrimonio debido a su naturaleza compleja, lo que activó el procedimiento de sucesión intestada. 

Este mecanismo legal confiere a la administración catalana la responsabilidad de asumir los bienes de cualquier ciudadano fallecido en Cataluña sin testamento válido y sin familiares hasta cuarto grado de consanguinidad.

Fábrica de Fadaic

Fábrica de Fadaic GOOGLE

Empresa en manos de la Generalitat

Así fue como la Generalitat heredó no solo Fadaic, sino también un conjunto de inmuebles. Tal y como apunta La Vanguardia se trata de una gran casa en la que se ubica la fábrica y que fue residencia de Marimon, un local comercial, dos garajes en Ripollet y un molino harinero en desuso en la provincia de Huesca.

Fadaic es una pyme con una plantilla de diez trabajadores. Aunque opera con volúmenes de producción reducidos, su modelo de negocio se basa en la calidad. Sus productos están dirigidos principalmente a tiendas gourmet y restaurantes especializados, donde la demanda de pasta fresca y artesana se mantiene estable.

Los números de Fadaic

Desde el fallecimiento de su fundadora, la empresa ha seguido funcionando bajo la dirección de un gerente designado por la Generalitat. Según los últimos datos disponibles en el Registro Mercantil, correspondientes al ejercicio de 2023, la compañía facturó 390.498 euros, lo que supone un incremento del 9% respecto al año anterior. 

Además, dejó atrás los números rojos de 2022, cuando registró pérdidas por valor de 39.800 euros, para cerrar 2023 con unos beneficios de 13.201 euros.

A subasta

Con el objetivo de monetizar el legado de Manuela Marimon y destinar los fondos resultantes a fines sociales, habitacionales y culturales –tal como marca el reglamento de las herencias intestadas–, la Generalitat decidió iniciar el proceso de subasta pública de Fadaic.

La licitación establecía un precio de salida de 296.155 euros y exigía al comprador la garantía de mantenimiento de los puestos de trabajo durante al menos un año. El proceso estuvo abierto hasta el 7 de mayo para la recepción de solicitudes, y la subasta quedó oficialmente programada para el 4 de julio en el distrito administrativo de la Generalitat.

Productos de Fadaic

Productos de Fadaic

Proceso fallido

A pesar del interés generado, la subasta pública de Fadaic ha sido declarada desierta. La única oferta recibida fue la de la empresa leridana Good Bio Foods, dedicada a la producción de zumos y bebidas ecológicas.

Sin embargo, esta compañía no presentó la acreditación de la garantía previa exigida –una caución económica necesaria para formalizar la participación en la subasta–, motivo por el cual su propuesta fue invalidada.

Y ahora, ¿qué?

El acta de valoración de la oferta, emitida por la Direcció General del Patrimoni, confirma que la falta de documentación impidió avanzar con la adjudicación, dejando la subasta en punto muerto. Ante esta situación, la Generalitat dispone ahora de dos vías: iniciar un nuevo proceso de subasta o proceder a una venta directa.

Mientras tanto, Fadaic continúa con su producción habitual, elaborando canelones y lasañas que mantienen la reputación artesanal construida durante más de seis décadas. La empresa sigue siendo operativa, mantiene sus diez empleos activos y conserva su clientela habitual en el segmento gourmet.