Pescadores en la Llotja de Barcelona

Pescadores en la Llotja de Barcelona SIMÓN SÁNCHEZ Barcelona

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La descafeinada apertura de la Llotja de Pescadors en el Port de Barcelona

Pese a que el organismo portuario dijo que la subasta del pescado sería abierta a todo el público, sólo es posible observarla a través de ventanales acristalados

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La apertura pública del Moll de Pescadors del Port de Barcelona tiene trampa. Aunque el organismo portuario ha anunciado a bombo y platillo que en la nueva Llotja se puede asistir a la subasta del pescado en directo, no es exactamente así.

Lo ha podido corroborar Crónica Global de forma presencial, y también a través del testimonio de algunas familias pesqueras. "La subasta sólo se ve a través de un cristal. Que no digan que es visitable cuando aún no lo es", explica un pescador.

Ventanal acristalado

Desde unos ventanales, se puede otear a lo lejos a los profesionales de la compraventa del pescado. Estos descargan el producto, lo distribuyen en cajas y comienzan la puja. Sentados desde las gradas, los mayoristas profieren gritos y ofrecen más o menos dinero. Los visitantes lo comprueban todo parapetados detrás de una cristalera.

Para poder entrar a la sala de subasta, deberían concertarse visitas guiadas, pero ahora mismo no es posible. No se ha adjudicado aún a qué tour operador se ofrecerá la potestad para realizar estos itinerarios.

Una vez haya una empresa autorizada para ello, las visitas deberán ser aprobadas por las autoridades, siempre que se cumplan las pertinentes normativas sanitarias, urbanísticas y de pesca.

Los últimos pescadores de Barcelona

Los últimos pescadores de Barcelona SIMÓN SÁNCHEZ Barcelona

Al principio, los pescadores vieron con buenos ojos la decisión de abrir al público la subasta del pescado, que se efectúa a primera hora de la mañana y de la tarde. La idea era "acercar a la ciudadanía la cultura marinera".

Pero, de momento, no se acercará ninguna cultura marinera, sino que se observará a lo lejos. Algunos pescadores están decepcionados, aunque reconocen que el proyecto es bueno. Sólo falta la puntilla: que la apertura de la Llotja sea veraz.

La inversión, de hecho, fue muy celebrada por la Cofradía de Pescadores de Barcelona, que siempre ha explicado que desde los Juegos Olímpicos se han sentido "distanciados del barrio y de la ciudad". 

El Port se explica

La subasta de la mañana, que es la del pescado azul, no es accesible porque los visitantes deberían entrar por el mismo lugar donde entra el pescado y los mayoristas. "Es inviable", explican desde el Port.

En cambio, sí preparan para la subasta de la tarde un espacio interior con vidrios que será accesible dentro de un tiempo, cuando se cumpla la normativa y las condiciones necesarias para hacerlo.

Agravio histórico

Esta era una buena oportunidad para resarcir viejas heridas. Para ello, el Port preparó una inversión millonaria en la rehabilitación de la Llotja, a la que hay que sumarle la reforma de la histórica Torre del Rellotge y la apertura de un nuevo restaurante de cocina mediterránea con productos de proximidad.

Aunque los pescadores se mostraron muy ufanos con el proyecto del Port, una vez comprobada la verdadera naturaleza del plan, la alegría de momento se ha diluido. Aceptan que la intención es buena, pero esperaban algo más. Ahora la pelota está en el tejado de la Autoridad Portuaria.