Cataluña será el territorio más afectado por el cierre de las centrales nucleares en España, previsto a partir del año 2027. Tanto es así que el cese de la actividad en Vandellòs y Ascó puede generar un sobrecoste de hasta 1.200 millones de euros anuales en la factura eléctrica.
Esta es una de las principales conclusiones de un informe elaborado por PwC, con la participación de Foro Nuclear, y que se ha presentado en la sede del Col·legi de Periodistes de Catalunya.

Imagen conjunta de Oscar Barrero (PwC), Ignacio Araluce (Foro Nuclear), Salvador Sedó (Foment del Treball) y Juan Pedro Sánchez (AMAC)
En el período 2020-2023, el 58% de la energía eléctrica en la comunidad autónoma tuvo su origen en las centrales nucleares. Actualmente, el ecosistema nuclear en Cataluña genera 10.500 puestos de trabajo, 7.500 indirectos y 3.000 directos, y una aportación de 900 millones al PIB catalán.
El cese de actividad de las mencionadas plantas pone en riesgo 10.500 puestos de trabajo y una contribución de 900 millones de euros al PIB catalán, bajo el criterio de la consultora y los empresarios.
La guerra de Ucrania y el lento avance de las renovables
El documento también visibiliza que, mientras a nivel mundial se observa un respaldo creciente hacia la generación nuclear, España mantiene el calendario de cierre establecido en el Protocolo de Cierre Nuclear de 2019.
Este plan, según el informe, se diseñó en un contexto diferente al actual, modificado principalmente por el estallido de la guerra en Ucrania, y bajo suposiciones sobre el desarrollo de energías renovables y sistemas de almacenamiento que no se han materializado.
“El mundo ha cambiado completamente desde la firma del protocolo hace seis años, por lo tanto, lo lógico es que las administraciones competentes al menos hagan el gesto de replantear sus previsiones”, apunta el presidente de Foro Nuclear, Ignacio Araluce. “La energía nuclear es clave para mantener el binomio de la competitividad y la descarbonización”, asegura Oscar Barrero, director de Energía de PwC en España.
2030, el primer cierre en Cataluña
El calendario español del cierre de las nucleares contempla una primera acción, en 2027, en la central de Almaraz (Cáceres) y la culminación, ocho años más tarde, en Vandellòs. “Con el primer cierre ya tendremos un gran impacto en la demanda de energía, esto no va de ya me llegará cuando afecte a mi entorno más inmediato”, apunta Barrero.
El director de Desarrollo Sostenible de Foment del Treball, Salvador Sedó, pide que “se saque la ideología y la política del debate sobre el futuro de las nucleares”. En este sentido, Sedó ha advertido que sin energía nuclear “vamos camino de un apagón energético”.
Las consecuencias más allá del entorno de las centrales
Por su parte, Juan Pedro Sánchez, presidente de la Asociación de Municipios en Áreas de Centrales Nucleares, cree que “nos equivocamos si pensamos un cierre de una central nuclear con un efecto directo solamente en su entorno más próximo”. Dicha organización representa los intereses de 60 municipios en toda España.
En este contexto, la energía nuclear ha sido una fuente significativa en el sistema eléctrico español, representando en 2024 el 19,57% de la producción eléctrica neta y el 25,28% de la electricidad libre de emisiones de CO₂. Sin embargo, España planea abandonar esta fuente de energía, a diferencia de otros países que están priorizando su uso.
El informe de PwC concluye que el cierre de las centrales nucleares en Cataluña podría tener un impacto negativo en la estabilidad del suministro eléctrico, el medio ambiente y la economía regional, especialmente considerando la dependencia energética de sectores industriales clave en la comunidad.