
Imagen conjunta de Josep Sánchez Llibre y Salvador Illa
El desigual recorrido que afrontan las grandes empresas para regresar a Cataluña
Los retornos de Banco Sabadell y, sobre todo, de La Caixa avalan los augurios de la patronal de Foment del Treball sobre más movimientos en esta dirección
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No habían transcurrido ni 24 horas desde que trascendió la decisión del consejo de Banco Sabadell de devolver la sede social a Cataluña cuando el presidente de Foment del Treball, Josep Sánchez Llibre, aprovechó su presencia aquel día en Madrid para convocar de forma improvisada a los medios. Los mensajes fueron breves pero nítidos: la 'operación retorno' seguirá a lo largo de los siguientes meses y el objetivo es que Cataluña vuelva a ser la gran locomotora de la economía española.
La Caixa ha hecho bueno el augurio del jefe de la patronal catalana en apenas unas semanas. El anuncio del regreso a Barcelona de la Fundación Bancaria La Caixa y de Criteria, tras algo más de siete años en Palma de Mallorca, ha girado el foco hacia el resto de grandes corporaciones que también emprendieron el camino de salida en aquel tormentoso otoño de 2017.
Tanto La Caixa como el Sabadell coinciden en que ya no se dan los elementos que les llevaron a tomar las maletas. La deriva del procés se plasmó en un clima políticamente irrespirable, inestable y, por ende, con la seguridad jurídica en permanente riesgo.
De esta forma, el triunfo electoral y posterior investidura del líder del PSC, Salvador Illa, como presidente de la Generalitat ha abierto una nueva etapa para el territorio, que en pocos meses ha recibido el aval del entorno empresarial.

Imagen de archivo de Josep Sánchez Llibre, presidente de Foment del Treball
A partir de aquí, ¿volverán realmente todos los grandes grupos que buscaron una salida urgente en 2017? ¿Y cuándo lo harán?
De vuelta a la intervención exprés de Sánchez Llibre en Madrid, el plazo orientativo que por entonces previó contemplaba este mismo año, principalmente, y también 2026. Como excepcional que es, el escenario no entiende de pesos, medidas y cronómetros. Sobre todo, porque las circunstancias de cada grupo no sólo son diferentes sino que, incluso, han sufrido importantes modificaciones en estos años.

Sede de Criteria Caixa en Barcelona / CRITERIA CAIXA
Entre las compañías situadas ahora en el punto de mira, tres se encuentran en el entorno de La Caixa. Se trata de Caixabank, Naturgy e Inmobiliaria Colonial. En todos los casos, el grupo catalán es el primer accionista y, por ende, cuenta con una gran influencia en la toma de decisiones.
De éstas, Colonial es la que presenta un horizonte más despejado; en su caso, antes de su eventual regreso a Cataluña se ha producido el de La Caixa como primer accionista. En pleno despliegue de su ambicioso plan estratégico, Criteria volvió a la empresa a través de una aportación dineraria y de activos inmobiliarios que le convirtió en primer socio, mínimamente por delante de Qatar.
La vuelta del holding a Barcelona marca el camino a Colonial, que además ha cerrado un 2024 con cifras de beneficios y actividad comercial históricas. Sin prisas pero sin pausas.
En Naturgy, Criteria también es el primer socio. No obstante, el caso de la energética es algo más complejo. Desde hace algo más de un año, está pendiente de una reestructuración accionarial que no termina de producirse. La pretendida salida de los fondos GIP-Blackrock y Rioja (CVC y Corporación Financiera Alba), que aglutinan un 40% del capital, no resulta sencilla, dado el volumen de la operación.
Pendiente de la reestructuración accionarial
Al frustrado intento de 2024 con la emiratí pública Taqa, con negociaciones a tres bandas y una eventual OPA encima de la mesa, no ha seguido uno nuevo, al menos en firme.
Pese a que el presidente de Naturgy, Francisco Reynés, insiste en señalar que el consejo no ha tratado acerca de un posible retorno, en no pocos círculos empresariales se da prácticamente por hecho, con la incógnita del calendario.
También cuenta con su peculiaridad Caixabank. El actual banco no es el mismo que dejó Barcelona, camino de Valencia. En pleno 'exilio' absorbió Bankia y se convirtió en la mayor entidad financiera que opera en España, con activos por encima de los 600.000 millones de euros.
Como tal, el nuevo Caixabank nació en Valencia y, por tanto, no puede hablarse de "regreso" en sentido estricto. Han sido muchas las veces que su cúpula directiva ha hecho hincapié en el compromiso con la capital del Turia, con un ahínco que nunca pareció impostado. Su particular escenario de vuelta se asemejaría más al de Naturgy: sí, pero sin calendario previsible.
Cambios desde 2017
Mientras, otros grupos encuentran elementos diferentes en el horizonte, con la vista puesta en una potencial vuelta a Cataluña. Entre ellos destacan los casos de Abertis y Cellnex. En el otoño de 2017 habían transcurrido algo más de dos años y medio desde que la primera había sacado a bolsa la segunda. Por entonces, la concesionaria de infraestructuras era también cotizada y contaba con Criteria como primer accionista.
Más concretamente, el holding de participadas de La Caixa mantenía algo más de un 21% de Abertis. A su vez, ésta todavía controlaba en torno al 35% de Cellnex tras vender una paquete de acciones en la salida a bolsa.

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La batalla desatada por el control de Abertis en 2018, con la OPA de la por entonces llamada Atlantia (en la actualidad, Mundys) y la contraoferta de ACS finalizó con un acuerdo entre ambos para una adquisición conjunta y pacífica. Una maniobra que hizo que Criteria se despidiera de Abertis. De la misma forma que Abertis lo hizo con Cellnex, incluida en el listado de activos de la concesionaria que sus nuevos propietarios vendieron para financiar parte de la compra.
De este modo, la estructura de propiedad de ambas ha cambiado de forma radical. Ninguno de los dos accionistas de Abertis tiene ligazón alguna con Cataluña. Y sus concesiones en el territorio vencen progresivamente sin que se atisbe la opción de una vuelta al modelo por parte de las Administraciones Públicas.
Diplomacia e incertidumbre
En el caso de Cellnex, sus principales socios proceden del exterior: la familia Benetton; el fondo británico TCI; GIC, fondo soberano de Singapur; y el canadiense Cppib. El grueso de su cartera de emplazamientos se sitúa incluso fuera de España.
En ambos casos, la vuelta a Cataluña no cuenta con tantos argumentos como en los anteriores, salvo la apelación a los orígenes. Y también, las relaciones con la Administración en dos sectores con elevadas dosis de regulación. Diplomacia de larga duración y final incierto.