El presidente de Caixabank, Tomás Muniesa (izq.), y el consejero delegado, Gonzalo Gortázar / CAIXABANK

El presidente de Caixabank, Tomás Muniesa (izq.), y el consejero delegado, Gonzalo Gortázar / CAIXABANK

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La Caixa y Criteria preparan el terreno para el próximo regreso de Caixabank

La decisión del primer accionista de la entidad bancaria marca el camino a seguir, aunque también le otorga cierto margen de tiempo para gestionar el traslado de manera óptima

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La decisión de la Fundación Bancaria La Caixa y su accionista único, Criteria, de devolver su sede social a Cataluña abona y marca el terreno que seguirá Caixabank. Aunque el movimiento no tendrá por qué ser inmediato. De hecho, el regreso de La Caixa al territorio hará que la entidad financiera pueda tomarse con algo más de calma la reflexión. 

El desenlace se da por hecho en diversos círculos financieros y empresariales. La principal duda se sitúa ahora en el tiempo. Las sensaciones apuntan a que no será con carácter inmediato, pero que tampoco se demorará en exceso.

Cabe recordar que Caixabank sí decidió la salida de Cataluña prácticamente en paralelo con la Fundación, su primer accionista, y Criteria. Su destino fue Valencia, concretamente la sede del antiguo Banco de Valencia que, tras ser intervenido por el Banco de España, fue absorbido por Caixabank en 2013. 

Tres años después del traslado de su sede a la ciudad levantina, acordó con Bankia la fusión que ha dado lugar al actual Caixabank. La operación reforzó si cabe la decisión de instalarse en la capital del Turia, toda vez que también servía de sede a Bankia desde su constitución, a partir de la unión de siete cajas de ahorros.

El presidente de Caixabank, José Ignacio Goirigolzarri (i), junto al consejero delegado de la entidad, Gonzalo Gortázar (d) / CAIXABANK

El presidente de Caixabank, José Ignacio Goirigolzarri (i), junto al consejero delegado de la entidad, Gonzalo Gortázar (d) / CAIXABANK

Esta circunstancia ha sido empleada por la cúpula de Caixabank durante los últimos años para despejar dudas sobre un futuro retorno. Stricto sensu, el actual Caixabank no ha llevado a cabo traslado alguno. Como entidad derivada de la fusión entre el antiguo Caixabank y Bankia nació ya en Valencia, donde permanece cuatro años después.

Una posición que ha defendido de forma recurrente el primer presidente del nuevo Caixabank, José Ignacio Goirigolzarri. Tras su marcha, efectiva a partir del pasado 1 de enero, Gonzalo Gortázar ha tomado el testigo a la hora de manifestar esta idea. 

"Por tiempo indefinido"

El consejero delegado del banco hizo suyas las palabras de Goirigolzarri, durante la presentación de resultados anuales, celebrada en Valencia a finales de enero: "Estamos aquí por tiempo indefinido"

Un mensaje que no deja de tener dos vertientes. Su carácter de indefinido permite tanto que Caixabank permanezca eternamente en Valencia como que emprenda el camino hacia Barcelona en pocos meses. 

En aquella comparecencia, Gortázar tuvo que responder más preguntas de lo habitual acerca del futuro de la sede. No en vano, sólo hacía unos días que el consejo de administración de Banco Sabadell había aprobado el retorno a la ciudad barcelonesa que lo vio nacer y le prestó su nombre. 

Por entonces, el consejero delegado aseguró que la presencia del actual Caixabank en Valencia no guardaba relación con los cambios experimentados por la situación política en Cataluña. Fue ese el pilar en el que el consejo del Sabadell basó la decisión de volver. Y ha sido también el empleado por la Fundación La Caixa y Criteria. 

El consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, presenta a los medios de comunicación los resultados de la entidad correspondientes al ejercicio 2024, en la sede de Caixabank, en Valencia

El consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, presenta a los medios de comunicación los resultados de la entidad correspondientes al ejercicio 2024, en la sede de Caixabank, en Valencia Rober Solsona / Europa Press

La lógica de Goirigolzarri y Gortázar sigue siendo sólida. Pero lo que ha cambiado ha sido la circunstancia en torno a su primer socio. 

Cerca del 50% del capital de Caixabank está en manos de dos accionistas: la Fundación, que posee algo más de un 31%, y el Estado (a través del FROB, como vestigio del rescate financiero a Bankia), con un peso en torno al 18%. La primera acaba de acordar volver a Cataluña; y el Gobierno, como organismo gestor del Estado, se ha mostrado encantado con el regreso de las empresas que en su día abandonaron el territorio por la deriva del procés.

Más presión

El resultado parece cuestión de tiempo. No han faltado los que han considerado que la decisión de Banco Sabadell, la primera gran corporación en dar el paso, añadía presión al resto. Y, en especial, a Caixabank, como sempiterno referente del sector financiero en Cataluña.

La entidad pudo vivirlo en sus carnes en la mencionada comparecencia de prensa: numerosas preguntas sobre este asunto, algunas de ellas con elevada carga de opinión, cuando en sesiones anteriores bastaba con una y su correspondiente (y tajante) respuesta: Caixabank se queda en Valencia. 

Isidro Fainé, presidente de la Fundación La Caixa

Isidro Fainé, presidente de la Fundación La Caixa FUNDACIÓN LA CAIXA

El movimiento de avanzadilla de Isidro Fainé, presidente del Patronato de la Fundación y también de Criteria, resta algo de esa presión a Caixabank. La primera maniobra en el entorno de La Caixa, y probablemente la más importante, ya está hecha. 

A partir de ahí, todo deberá ser mucho más sencillo. Y natural. Si los dos bancos que se fusionaron tenían sede en Valencia, establecer la entidad resultante en esa ciudad era lo natural. Y fue lo acordado por los primeros accionistas de ambos; a la sazón, los dos que ahora avalan el traslado a Barcelona.