Dos tenistas del Real Club de Tenis Barcelona denuncian estafa con la compra de 1 millón de mascarillas
- El vendedor, un gurú del mercado chino, lo niega: "No quisieron factura"
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Dos empresarios y tenistas amateur del elegante Real Club Tenis Barcelona denuncian una presunta estafa con un pelotazo con mascarillas. Los jugadores senior acusan a un intermediario del mercado chino de haberles engatusado en la compra masiva de 1 millón de cubrebocas en plena pandemia, pero éste lo niega y contraataca: denuncia que los directivos "no quisieron factura" y "falsearon el objeto del pago".
Todo ello se ha escuchado hoy en la sección segunda de la Audiencia Provincial de Barcelona, donde los querellantes, los hermanos Máximo y José Luis Utrilla Sillero, que han participado en la peña Grand Slam del RCTB, han reiterado que les estafaron con la compra de 900.000 mascarillas, por las que pagaron 1,1 millones de euros en 2020.
Los dos empresarios aseguran que ellos querían FFP2, pero les trajeron KN95 chinas. Este tipo de fungible pasó a ser no autorizado en España el 31 de diciembre de 2020.
Primer caso penal por estafa
El pulso judicial es el primero de tipo penal que se celebra en España por colocar mascarillas presuntamente no autorizadas.
En el banquillo se sienta un directivo del sector de las agencias de viajes especializado en Asia con Asia Pacific Tours, y también empresario importador de bienes desde China.
"Cumplían"
En su defensa, Jordi F.J. ha insistido en que vendió las 900.000 mascarillas a los empresarios, que operan uno de lo park&rides del Aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona-El Prat.
Y ha subrayado que "cuando importó el material, este era perfectamente legal para llegar a España y vender en Alemania, donde los compradores decían que tenían un cliente".
"Fraude"
Por contra, los presuntos afectados alertan de que el intermediario-vendedor "les colocó unas mascarillas que no eran las prometidas". Siempre según ellos, tenían que ser FFP2, y el directivo les suministró KN95. Este material pasó a no estar homologado en España, por lo que los fungibles no se podían ni vender ni usar.
"No habríamos pagado ni un euro, mucho menos un millón, por mascarillas que no estaban homologadas", ha defendido Máximo Utrilla en el estrado.
Primer caso penal
El caso ha quedado visto para sentencia en la Audiencia. Se trata del primer asunto penal por estafa con el tipo de mascarillas que llega a los tribunales en el país.
Antes, hubo otro pleito civil por el mismo motivo, pero jamás por estafa, como hasta ahora.
Fiscalía pide cinco años
Por lo pronto, el acusado se enfrenta a una petición de cinco años y 11 meses de prisión, al considerar que el intermediario cometió estafa agravada.
Asimismo, la acusación pública alerta de que, según ella, se falsificó el certificado de homologación de Enze Certificazione, una firma italiana.