El afamado chef peruano Luis Arévalo plantará su primera bandera en Barcelona con la apertura del restaurante Akiro en el pasaje Mercader, uno de los rincones más elegantes de la capital catalana.
Lo hará con la misma propuesta que ya triunfa en el barrio de Salamanca de Madrid: la llamada gastronomía nikkei (no confundir con índice bursátil del mercado japonés). El local apuesta por una mezcla entre los sabores peruanos y japoneses, herencia de las migraciones niponas al país del Machu Picchu a finales del Siglo XIX.
'Hand rolls' en el Eixample más 'chic'
El local estará especializado en los hand rolls, una combinación de nori crujiente, arroz cálido -cocido 35 minutos y lavado hasta cuatro veces- e ingredientes frescos. La comida se sirve con las manos y también abarca un breve surtido de platillos como nigiris, tartares o ceviches, entre otros.
En el pasaje Mercader, una callejuela que conecta las calles Mallorca y Provença, se ubican algunos de los negocios más chic de Barcelona. En su centenar de metros cuadrados se esconden cuatro galerías de arte, el enigmático restaurante Belvedere, la imponente Casa Miquel Fusté y diferentes viviendas de estilo inglés. Todo acompañado por la sombra de los naranjos en flor. Y con la librería La Central, epicentro cultural de la zona, a escasos metros.
Arévalo, un pionero del Nikkei, aterriza en Barcelona
El cocinero Luis Arévalo abre su primer local en la capital catalana tras dos décadas en España. El chef peruano inició su andadura profesional en grandes restaurantes de Lima y Santiago de Chile, pero emigró a Madrid a comienzos de siglo. Allí trabajó en diversos restaurantes de comida japonesa, entre los que destaca el 99 Sushi Bar, en cuyo aterrizaje en Madrid participó.
En 2010 se situó como uno de los grandes nombres de la gastronomía madrileña con la apertura de Nikkei 225, un restaurante pionero en España de esta modalidad gastro. Tras esta aventura, el chef y empresario tropezó con el restaurante Kena, que se vio obligado a cerrar. Y entonces llegó Gaman, una pequeña sala para 35 personas que ha conquistado a los grandes paladares de la capital. Tras el éxito del restaurante, Arévalo replicó el modelo con el lanzamiento de Akiro, que tras su fulgurante notoriedad en Madrid acaba de plantar la segunda bandera.