El Servei Català de Trànsit (SCT) prueba desde hoy otra medida para acabar con los repetidos atascos en la autopista AP-7. La velocidad máxima en la vía rápida en su llegada a Barcelona ciudad desde el sur quedará limitada a 100 kilómetros por hora, un movimiento que el organismo cree que ayudará a reducir las colas.
El límite de velocidad regirá hoy y el próximo fin de semana --al coincidir con el puente de la Mercè-- desde el kilómetro 180 al 190 en dirección a la Ciudad Condal. Se trata de un punto negro de embotellamiento de vehículos en caso de accidente, como ha ocurrido en numerosas ocasiones en el pasado.
Multas
Los vehículos que rebasen la velocidad máxima en este tramo recibirán multas conforme a la normativa vigente.
Por lo pronto, Trànsit acota la medida a dos fines de semana, pero tras la implantación de la misma analizará los datos técnicos para ver si la amplía a todos los domingos, festivos y operaciones retorno en las que se prevea un alto movimiento de automóviles. Asimismo, el SCT valorará si amplía el tope a más tramos de la autopista.
Muchos accidentes
Según el ente que dirige Ramon Lamiel, el nuevo límite se impone en este tramo por la "elevada concentración de accidentes por alcance de vehículos".
Cuando ocurren estos accidentes, se suele cerrar al tráfico uno de los carriles, lo que provoca la congestión de los otros. El techo de velocidad busca, precisamente, evitar los choques por detrás al obligar a circular más lentamente.
Fin de los peajes y colas
Cabe recordar que la fase actual de problemas en la autopista AP-7 se remonta a 2021, cuando finalizó la concesión de los peajes en esta vía y se desmantelaron las estructuras. A raíz de ello, el tráfico de vehículos aumentó sobremanera, sobre todo el de vehículos pesados.
Desde aquel año, la carretera ha experimentado problemas recurrentes, que se han repetido en las operaciones llegada y salida. Trànsit lo atribuye sin ambages al incremento de la circulación, que ahora trata de esponjar con el límite de velocidad.