Air China vuelve a unir Barcelona con Shanghái, una conexión inaugurada en 2017 y que fue interrumpida hace cuatro años por la pandemia. Tanto en verano como en temporada baja, la compañía impulsará tres conexiones semanales con un Airbus 350 con capacidad para poco más de 300 pasajeros. La ruta se une a las ya existentes con Pekín, Shenzhen y Hong Kong. Antes de la aparición del Covid, anualmente, Catalunya recibía 350.000 turistas chinos y, a la vez, se beneficiaba de un gasto global de 710 millones de euros.
En representación del gigante asiático, el cónsul de China en Barcelona, Hu Aimin, ha aprovechado el acto en el aeropuerto de El Prat-Josep Tarradellas para cargar contra la Unión Europea por la implementación de los aranceles a los coches eléctricos chinos. “Pido a España que el próximo noviembre vote en contra de la aplicación definitiva de una medida injusta”, defiende el diplomático.
El debate de la ampliación del aeropuerto
Lejos de entrar en cualquier confrontación, el responsable de Turismo y Promoción Económica del Ayuntamiento de Barcelona, Jordi Valls, ha reivindicado los 25 años de hermandad entre Barcelona y Shanghái. “En los próximos dos años reforzaremos los acuerdos de colaboración, con especial atención a la cultura y la industria tecnológica”. Desde el consistorio liderado por Jaume Collboni, de forma indirecta, también se ha querido hacer mención al futuro del aeropuerto y su ampliación. “Utilicen la palabra que quieran, pero nosotros tenemos claro que los vuelos intercontinentales serán la vocación de Barcelona y no solamente para el ámbito turístico”, añade Valls.
Por su parte, el vicepresidente de la Cámara de Comercio de Barcelona, Miquel Martí, ha celebrado que Barcelona haya recuperado casi todas sus rutas intercontinentales, un hecho “vital”, según el criterio del dirigente empresarial, para “promover el crecimiento internacional de las empresas catalanas”. Actualmente, Lima es la única ruta de larga distancia que queda por recuperar.
En este sentido, las autoridades presentes en el acto han coincidido en destacar la proximidad del aeropuerto con el Puerto de Barcelona, hecho que se repite en la ciudad china. A partir de datos de Turespaña, el 62% de los ciudadanos chinos que aterrizan en España lo hacen motivados por las compras y las visitas culturales. En cuanto a la edad, el perfil mayoritario es de 37 años, siete menos que la media del turista internacional, y de clase media con estudios superiores.