La bolsa española ha sucumbido a los temores a que la primera economía del mundo entre en recesión que han invadido las principales plazas internacionales. En línea con el resto de índices europeos de referencia, el Ibex 35 ha cerrado con retrocesos del 2,34% una sesión en la que han llegado a darse momentos de pánico, que elevaron las caídas por encima del 3%.
El punto de partida ya fue un anuncio de que no iba a ser una jornada sencilla en el parqué. Además de que las caídas del pasado viernes en Wall Street se prolongaban en los mercados de futuros, el miedo se apoderó de los inversores en Asia, hasta el punto de que la Bolsa de Tokio cerró con un espectacular desplome de más del 12%, inédito en los últimos 37 años.
Señales de alarma
Un caldo de cultivo propicio para que las dudas que se han generado en las últimas semanas hayan terminado por estallar en forma de huida masiva de la renta variable por parte de los inversores.
La señal de alarma definitiva la encendió el pasado jueves el dato del desempleo semanal en EEUU, notablemente más negativo de lo previsto, junto con el anuncio por parte de la Reserva Federal de que en septiembre iniciará la corrección de los tipos de interés, una maniobra que, en opinión de algunos analistas, llega demasiado tarde.
Precisamente, una de las incertidumbres que se extienden por los mercados radica en la hipótesis de que una actuación tardía por parte de la Fed a la hora de rebajar el precio oficial del dinero derivara en un excesivo enfriamiento de la economía de EEUU, en su intento de contener las tensiones inflacionistas.
Con múltiples dudas también en Europa sobre el recorrido a la baja de los tipos de interés de la zona euro, cuyas previsiones no hacen más que revisarse de forma casi enfermiza, el clima en las bolsas se ha vuelto irrespirable este lunes y las consecuencias se han plasmado de forma contundente en las pantallas.
Energéticas, las peor paradas
Entre los componentes del Ibex 35, la peor parte se la ha llevado el sector energético, que no ha podido ejercer esta vez su papel de refugio, dado que los vaivenes de los mercados de electricidad y materias primas juegan claramente en su contra. Acciona y Enagás han cerrado con descensos superiores al 5%, a los que se han acercado tanto Endesa como Redeia.
También han acusado el golpe las inmobilirias Colonial y Merlin, cuyos balances han estado muy condicionados por las variaciones en los tipos de interés que se han sucedido desde la pandemia. Ambas se han dejado más de un 3,5%. A la cabeza de los números rojos, Fluidra, con una corrección del 6,3% en la que los inversores han tomado beneficios tras las alzas de la semana pasada como consecuencia de sus resultados.
Descensos moderados
Aunque ninguno de los componentes del Ibex ha sido capaz de cerrar por encima del precio que marcaron en la sesión precedente, un reducido grupo de títulos sí ha podido, al menos, descender de forma más moderada que el índice selectivo. Especialmente, el sector financiero, que ya vivió la pasada semana su particular corrección tras las alzas que siguieron a la publicación de sus cuentas semestrales.
Así, Santander y Bankinter han cedido en torno al punto y medio porcentual mientras que los retrocesos de Caixabank se han situado algo por encima del 2%. Condicionados por la OPA, BBVA y Banco Sabadell han caído más de un 3%.