Cementos Molins ha superado el primer semestre del 2024 con un beneficio de 105 millones de euros, una cifra que representa un incremento de un 31% en comparación con el mismo período del año pasado. La empresa justifica los resultados por un contexto de la ralentización de los mercados, agravada por algunos efectos climatológicos. El balance recoge una facturación de 692 millones. El ebitda es de 189 millones y desde Molins se resalta la contribución de los negocios en Europa, México y Norte de África. Actualmente, la deuda financiera neta disminuyó hasta 91 millones.
“Hemos alcanzado unos sólidos resultados operativos con avances relevantes en nuestra hoja de ruta de sostenibilidad”, describe el consejero delegado de Molins, Marcos Cela. Con un saldo financiero de 91 millones, el grupo cree tener una “sólida situación financiera” para afrontar el desarrollo de nuevas oportunidades de inversiones y crecimiento.
A principios de mayo, Cementos Molins decidió acortar su nombre a Molins. Todo con la voluntad de agrupar, bajo una sola marca, sus seis negocios: cemento, hormigón y áridos, economía circular, soluciones para la construcción, soluciones prefabricadas y paisaje urbano. El nuevo nombre no implica cambios jurídicos.
"Lo que cambiamos es nuestra manera de presentarnos frente a los clientes, vamos a desarrollar más sinergias comerciales entre los negocios", afirma Cela. La última junta de accionistas ha aprobado, recientemente, el pago de un dividendo complementario de 52 céntimos de euro por acción, lo que eleva la retribución total al accionista con cargo a las cuentas del pasado año a 0,92 euros por título, un 35% más que el ejercicio anterior.