Kevin Comadrán, su padre Antonio; Ricard Tubau y Toni Quintana

Kevin Comadrán, su padre Antonio; Ricard Tubau y Toni Quintana FOTOMONTAJE CG

Business

La nueva vida a todo tren del ejecutivo que ayudó a Rafael Espanyol a vaciar La Seda

Antonio Comadrán y su familia muestran una situación desahogada que no corresponde con el corolario de deudas al que se enfrentran ysortean con la ayuda del prestamista Toni Quintana y el financiero Ricard Tubau

22 julio, 2024 00:00
Ignasi Jorro Miriam Saint-Germain

Es la nueva vida a todo tren del directivo que ayudó a hundir la química catalana La Seda. Se trata del economista Antonio Comadrán, condenado a casi dos años de cárcel por apropiación indebida por colaborar en el gran quebranto del hólding industrial, mantiene a ojos de todo el mundo un alto nivel de vida. Junto a su hijo, Kevin Comadrán, circulan con los bolsillos llenos y con comodidad, una fachada que contrasta con las deudas e impagos que les cercan. 

En esa aventura, padre e hijo cuentan con un amparo financiero que no solo les saca del apuro, sino que les permite, por ejemplo, circular por Barcelona con un Lamborghini, el coche-símbolo de los nuevos ricos nacionales. Fuentes cercanas al dúo detallan que los Comadrán se apoyan en dos financieros de primerísimo nivel: el prestamista Toni Quintana y Ricard Tubau, antes en la banca andorrana y ahora financiero de la familia Suqué, los dueños de Grup Peralada, el grupo empresarial familiar presente en sectores como el vitivinícola, el ocio (la explotación de casinos), la industria y la cultura.

De este modo, y con el aval de las empresas de Quintana, quien fue, a su vez, el economista de La Seda, los Comadrán han sorteado a los acreedores, han driblado a los prestamistas y han mirado a los enemigos por el retrovisor. Y lo hacen desde una residencia acorde con la imagen que proyectan en la capital catalana, desde un palacete situado junto a la calle Muntaner

Tres embargos y Toni Quintana al rescate

El inmueble está situado en el barrio de Sant Gervasi y cuenta con un terreno de 650 metros, un tamaño importante y que se encuentra en plena zona noble del enclave burgués local. Sobre la misma finca penden tres peticiones de embargo de las autoridades fiscales que no se han ejecutado. Antonio Comadrán la ha inscrito a nombre de Cristina de Frutos, su mujer. 

La villa de la familia presenta una opción de compra a nombre de TQ-MR Family II, una empresa del prestamista gerundense Antoni Quintana

Quintana es un financiero con despacho en Girona especializado, según él, en la financiación extrabancaria. 

Opciones de compra como salvavidas

Desde el sector recuerdan que, a menudo, las opciones de compra como la firmada entre los Comadrán y Quintana --con propiedades como garantía-- sirven a ciudadanos y a empresas para "pedir financiación que la banca convencional, lógicamente, no daría". Se trata, pues, de un sistema para lograr liquidez para las personas o mercantiles en situación de dificultad económica. 

La casa de los Comadrán en la parte alta de Barcelona

La casa de los Comadrán en la parte alta de Barcelona Cedida / GM

Este resorte es el que habrían activado los Comadrán para lograr dinero. Máxime, porque otros activos de la familia presentan la misma opción de compra de Quintana. Los cuatro locales comerciales junto a la torre de Sant Gervasi presentan esta misma carga registral, a la que se une una hipoteca concedida por otras empresas del financiero de Girona: Puig Inmoconstrucció

El execonomista de La Seda, su hijo y su mujer tienen dos activos en la urbanización Aiguaviva de Arenys de Mar (Barcelona). Asimismo, están perseguidos por la Agencia Estatal de la Administración Tributaria (Aeat). Estos inmuebles también están inscritos a nombre de la mujer de Antonio Comadrán, tal y como ocurre con el resto de propiedades de la familia en Barcelona. 

Buena salud financiera

En el terreno empresarial, la estructura de sostén económico del economista que hundió La Seda presenta, de forma paradógica, buena salud. TQ-MR Family II, la firma que se beneficia de opciones de compra sobre el patrimonio de los Comadrán, presenta un activo de 5,2 millones de euros. Según el Registro Mercantil, lleva desde la pandemia arrojando beneficios: en 2022, último año disponible, fueron unos 18.000 euros. 

A su vez, Puig Inmoconstrucció, la otra empresa-sostén de los Comadrán, también está en verde. La constructora ganó 62.000 euros en 2022, el último ejercicio registrado. 

"Los intereses empresariales de Quintana van muy bien, es uno de los financieros de referencia en la zona alta de Barcelona", explica un competidor. 

El brazo empresarial de los Comadrán

¿Y los Comadrán? La familia presenta intereses en varios sectores. Antonio, el infausto economista del holding, es administrador de Check & Enterprise Solutions SL, con sede en la Plaza Europa de L'Hospitalet de Llobregat (Barcelona). La sociedad presenta un patrimonio negativo y ha arrojado pérdidas hasta 2017 --las últimas cuentas presentadas--, cuando ganó 635.000 euros. 

Eso sí, Check pelea contra siete expedientes de embargo del Ayuntamiento de Barcelona. El ahora auditor y consultor fiscal está vinculado a otras cinco sociedades: Funcions d'Inversió Estratègica; Coco Vintage Market; Check & Strategic Investments; Check Asesores y Cotec Asesores. 

A su vez, Kevin Comadrán, su hijo, es dueño de Comadrán Studios. Operó una sociedad de inversión en Londres, Gold & Stones Limited; y Balmac Investments, en Barcelona, junto con Jordi Canet y Rafael Avecilla. 

Incidente con Japón

Además de conducir un Lamborghini, Comadrán hijo es conocido por haber intentado apropiarse del juego de animación japonés Medabot, propiedad del estudio nipón Imagineer. Registró la marca en Europa, vendió videojuegos con la misma e intentó que Imagineer le cediera un 1% de los beneficios derivados de la comercialización de los productos en el Viejo Continente. 

Los Medabots, cuya marca intentó apropiarse Kevin Comadrán

Los Medabots, cuya marca intentó apropiarse Kevin Comadrán Cedida

La Audiencia Provincial de Alicante, representando al Tribunal de Marcas de la Unión Europea (UE), dio la vuelta a la situación y restituyó los derechos de Imagineer como legítimo propietario. Pero era tarde, porque Kevin ya había vendido unos 100.000 juegos con la marca Medabots, que ya no utiliza. 

Información contradictoria 

Los Comadrán no solo le deben dinero al fisco y a distintas administraciones públicas. El execonomista de La Seda y su familia también están, presuntamente, endeudados con particulares: con otros individuos adinerados y burgeses de la zona alta de Barcelona.

Es más, mientras Comadrán padre se escabulle de sus asuntos pendientes en el upper Diagonal, su hijo Kevin se pasea por Paseo de Gracia con un Lamborghini verde. Un vehículo que, según ha podido saber Crónica Global, está matriculado en Andorra en el año 2019. 

Lamborghini de Kevin Comadrán

Lamborghini de Kevin Comadrán Cedida / CG

No parece una casualidad. Y es que las mismas fuentes consultadas aseguran que con la ayuda de Quintana y Ricard Tubau, los Comadrán estarían desviando elevadas cantidades de dinero al país de los Pirineos. Según la versión de estas voces conocedoras de las, aparentemente controvertidas, maniobras de los Comadran, la familia aparece como insolvente en España a pesar de los evidentes lujos y el elevado tren de vida del que presumen. 

Silencio 

Con el objetivo de conocer la otra versión de la historia, esta redacción ha intentado en múltiples ocasiones ponerse en contacto tanto con Antonio Comadrán como con Toni Quintana.

Sin embargo, en ninguna de ellas se ha obtenido respuesta alguna: ni por teléfono ni por aplicaciones de mensajería instantánea. Así, a pesar de las llamadas y los mensajes, los protagonistas de esta información han apostado por el silencio

El expolio de La Seda 

Comadrán padre fue condenado en el 2012 a un año, 11 meses y 15 días de prisión, así como a pagar una multa de un millón de euros por ayudar a vaciar La Seda. No fue una mala condena. En un primer momento, la Fiscalía reclamaba 27 años y medio para el entonces economista y para quien era presidente de la empresa química, Rafael Espanyol. El ministerio público consintió rebajar su petición de pena inicial después de que los acusados pagaran el fraude a Hacienda y restituyeran parte de los fondos que habían expoliado a la compañía. 

A través de un sistema de facturación fraudulento, Español y Comadrán lograron desviar de la química a sus bolsillos un total de 9,6 millones de euros entre los años 2000 y 2004. 

Un elevado tren de vida 

Ahora, más de dos décadas después del episodio de La Seda, Comadrán vuelve a estar en el centro de todas las miradas de la zona alta de Barcelona. Las voces consultadas aseguran que el ejecutivo "vuelve a las andadas" con sus actividades presuntamente fraudulentas. 

Antonio y los suyos tienen un corolario de deudas, pero mantienen su elevado tren de vida amparados por las empresas en las que participan y gracias al dinero de Quintana. Una operativa cuanto menos controvertida. 

Aviso aclaratorio: Esta información ha recibido una solicitud de rectificación de D. Kevin Comadrán

Aviso aclaratorio: La información no refleja la situación actual de D. Kevin Comadrán (artículo 85 LPDPDGG)