Los pisos turísticos mantienen una cruzada con las Administraciones en Barcelona. El sector se revuelve contra la revocación de licencias en 2028, por la que amenazan con indemnizaciones milmillonarias en caso de que finalmente se materialice la medida anunciada a bombo y platillo por el alcalde, Jaume Collboni. El mismo al que acusan de emprender una "expropiación ilegal" y de dar alas a la turismofobia que se respira en la capital catalana.
Dos y medio de los ocho millones de visitantes anuales atraídos por la Sagrada Familia y la Barceloneta duermen en las 10.000 viviendas con licencia en regla. Estas ofrecen 60.614 plazas, el 40% de la oferta de alojamiento, completada por las 87.000 camas de los cerca de 700 hoteles de la ciudad.
Perfil
¿Quién es el propietario de este tipo de inmuebles? La gran mayoría de barceloneses que explotan esta actividad económica (unos 5.000 en total) son pequeños propietarios. Aunque la media se sitúa en dos licencias por cabeza, el 86% de los titulares de licencias de pisos turísticos tan solo tienen una, según datos de la Associació d'Apartaments Turístics de Barcelona (Apartur).
Así las cosas, la mayor parte del sector lo representan personas mayores de 60 años que han adquirido un segundo inmueble para complementar sus ingresos. Aunque siempre hay excepciones.
¿Cuánto gana el propietario de un apartamento turístico?
La patronal tiene cifrado en 347 millones de euros el impacto económico de las viviendas de uso turístico en Barcelona; su aportación indirecta alcanza los 1.200 millones. De hecho, se estima que por cada euro que un turista gasta en este tipo de alojamientos, destina tres a otros servicios, como la restauración o la cultura.
De media, cada apartamento turístico registra una facturación anual de 35.000 euros, de los que le quedan la mitad tras restarle impuestos y gastos de la gestoría, encargada del check in de los huéspedes, la lavandería, la limpieza y mantenimiento del espacio, entre otros.
Apartur también destaca que la mayor parte de gestores son autónomos y micropymes, no grandes empresas como trata de imponer el discurso contra el turismo.
¿Cuánta vivienda suponen respecto al parque total?
Desde 2010 que la ciudad no tramita nuevas licencias en Ciutat Vella -el centro histórico- y desde 2014 en el resto de la ciudad. En total, los 10.000 pisos turísticos existentes suponen tan solo el 0,77% del parque de viviendas de Barcelona. Este es el principal argumento del sector para rebatir a Collboni y asegurar que la aportación de dicha cantidad de inmuebles al mercado de alquiler permanente no servirá siquiera ni para aliviar el drama de la vivienda.
Frente a estos, son 26.600 los despachos profesionales y locales (peluquerías, clínicas dentales, etcétera) que operan, precisamente, en viviendas. Son más del doble. También hay 8.865 inmuebles vacíos.
Es por ello por lo que la patronal lamenta que su actividad haya sido escogida como "chivo expiatorio" para encontrar un culpable de la falta de oferta y los altos precios del mercado. Y exigen ser "parte de la solución", destinando los 100 millones de euros recaudados mediante la tasa turística cada año a subvencionar alquiler social.
Hablan los expertos
Sobre la intención del gobierno municipal socialista de revocar las licencias para poner dichos inmuebles en alquiler, voces expertas del sector coinciden en su ineficacia. "Añadir 10.000 unidades más genera un efecto mínimo, un espejismo que duraría unas semanas hasta que fueran ocupadas por nuevos inquilinos", avanza Francisco Iñareta, portavoz de Idealista.
El portal inmobiliario recuerda que "el alquiler vacacional ha llegado para quedarse" y que "tratar de prohibirlo es como poner puertas al mar". En este sentido, recurre al ejemplo de Nueva York, donde su restricción "ha trasladado el producto al mercado negro, sin resolver los problemas de oferta ni subidas de precios". Y vaticina que, lejos de migrar al alquiler permanente, lo harán al de temporada.
Xavier Vilajoana, presidente de APCE, coincide con Iñareta en que la receta va en la dirección opuesta: "El mercado de alquiler se soluciona no solo con una medida, sino con muchas e incentivando la oferta, protegiendo al propietario, facilitando la construcción de nuevos proyectos y agilizando trámites administrativos".
Así, el sector reprueba los múltiples cambios normativos acometidos en los últimos años por el Ministerio de Vivienda del Gobierno, la Consejería de Territorio de la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona, que han mermado la oferta a todas luces por la gran inseguridad jurídica generada.