Las entidades financieras redujeron moderadamente su oferta de crédito a los hogares, al tiempo que endurecieron las condiciones, mientras que la mantuvieron estable en el caso de las empresas durante el segundo trimestre de 2024. Así lo refleja la última encuesta realizada por el Banco de España que, además, constata una visión divergente sobre la evolución de la economía entre la banca y los usuarios. 

No es la única situación paradójica que resulta del estudio. La leve contracción de los préstamos a particulares se ha producido en un contexto de incremento de demanda tanto en el segmento de las hipotecas como en el de crédito al consumo, una circunstancia que no se producía en los últimos tres años, desde que el impacto de la pandemia empezó a mostrar claros síntomas de moderación.

Menor tolerancia al riesgo 

La institución atribuye el recorte en la oferta por parte de las entidades financieras tanto a una menor tolerancia al riesgo (especialmente, en el caso del crédito hipotecario) como al deterioro de las perspectivas económicas que barajan.

Una visión distinta de la que parecen tener los hogares, dado que uno de los factores que han motivado la citada subida de la demanda ha sido el incremento de la confianza de los consumidores.

Mayor financiación

De hecho, este elemento compensó el leve empeoramiento de las perspectivas sobre el mercado de la vivienda.

En cuanto al segmento de empresas, el Banco de España asocia el incremento de la demanda de crédito con las mayores necesidades detectadas para financiar inversiones en activos fijos, existencias y circulante, así como un descenso del recurso a la financiación interna.

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