El segundo intento de abordaje de Banco Sabadell por parte de BBVA asiste este viernes a la cita más relevante desde que se inició el proceso, que ha derivado hacia una operación hostil. La junta de accionistas de la entidad vasca se reúne con carácter extraordinario en un encuentro que va más allá de aprobar la ampliación de capital que figura como único punto del orden del día. La asamblea se ha convertido en una suerte de plebiscito que servirá al presidente del banco, Carlos Torres, para tomar el pulso al mercado y a los socios, y calibrar hasta qué punto apoyan la maniobra.
La cita en el Palacio de Euskalduna de Bilbao, lugar habitual de las juntas de BBVA, llega casi dos meses después del primer anuncio del lanzamiento de una OPA hostil sobre el 100% del capital de Banco Sabadell, que se produjo de forma casi inmediata al rechazo por parte del consejo de este de la propuesta de fusión amistosa trasladada por su competidor unos días antes.
En la asamblea se somete a votación un aumento de capital que servirá para que BBVA pueda emitir las acciones necesarias con la finalidad de entregar a modo de contraprestación a aquellos accionistas del Sabadell que acepten su propuesta. Sin embargo, al margen del necesario y obligatorio trámite administrativo, se trata de la primera prueba de fuego que Torres deberá afrontar y que le dará una idea de si la operación y, sobre todo, la manera de articularla despierta más entusiasmo o más dudas entre los socios de la empresa que preside.
Mensaje del BBVA a sus accionistas
Desde la publicación de la convocatoria, BBVA ha insistido a sus accionistas en la importancia de la cita, así como de que la medida a aprobar cuente con el mayor respaldo posible por parte de los propietarios de la entidad.
Sin duda, todo un plebiscito lanzado al mercado, dada la particular estructura accionarial del banco, que no cuenta con accionistas de referencia, al margen de los habituales inversores institucionales como Blackrock, la mayor gestora privada de fondos del mundo, y el fondo soberano de Noruega, entre otros.
En las horas previas a la asamblea se da prácticamente por sentado que la ampliación contará con el voto afirmativo de una mayoría de los accionistas presentes o representados en la reunión. Sin embargo, una victoria menos holgada de lo previsto o una participación demasiado reducida haría emerger nuevas dudas sobre la idoneidad del carácter hostil de la operación.
El foco en las pymes
Otro de los aspectos que el mercado pone en cuestión es que BBVA insista en que no dispone de margen para mejorar la oferta pese a que numerosas firmas de análisis y bancos de inversión consideran que las señales que manda el mercado apuntan a la conveniencia de hacerlo y, además, preferentemente en metálico.
No sólo los socios de BBVA han sido el destinatario de la intensa actividad comunicativa de la entidad. En las últimas semanas, Torres y otros altos ejecutivos han sido especialmente insistentes a la hora de recalcar, tanto en público como en privado, la importancia que otorgarán a las pymes en la operación, toda vez que se trata de uno de los principales activos de Banco Sabadell, en su papel de entidad de referencia de este segmento tan relevante en el tejido empresarial español.
Exigencia de Oliu
Pese a que las pequeñas y medianas empresas representan en el caso del banco que preside Josep Oliu un doble papel de clientes y accionistas, las inquietudes mostradas tras los primeros pasos de la maniobra hostil, relacionadas con las posibles consecuencias negativas que podría acarrear, apenas encontraron respuesta en el banco oferente.
Una actitud que BBVA ha tratado de corregir a fuerza de publicitar los atractivos de su propia propuesta a estos clientes e incluso adelantar ofertas en el caso de que la OPA salga adelante y la entidad con sede en Bilbao pueda articular el segundo paso, en forma de fusión.
La "intervención" del Sabadell
No resulta extraño ni casual que en la víspera de la cita, Oliu haya remitido una carta pública a los accionistas del Sabadell en la que hace hincapié en la necesidad de que BBVA no escatime en detalles de su propuesta, incluido el impacto en el negocio, y en particular en el de las pymes.
La misiva del veterano banquero ha sido la particular manera del banco con sede en Alicante de intervenir en la cita de este viernes, al tiempo que ha servido para recordar a los accionistas que el momento de tomar una decisión sobre la OPA aún tardará un tiempo considerable en llegar.
En su mensaje, Oliu ha desligado el resultado de la votación en la junta del desenlace final del proceso, a fin de no confundir a los socios del banco ni condicionar su decisión, consciente de que BBVA tratará de utilizarlo para apuntarse un primer tanto en la batalla.
Movimiento de ajedrez
Una particular partida de ajedrez, con movimientos a fuerza de mensajes cruzados, que comenzará a contar con hechos consumados a partir de este viernes.
El foco de atención también se trasladará al mercado bursátil en el que, por ahora, ninguno de los dos títulos ha emitido señales demasiado claras, al margen del lógico avance del opado y la habitual corrección a la baja del oferente. Desde que se conoció la propuesta de fusión amistosa, el último día de abril, Banco Sabadell acumula avances del 6,5% mientras que BBVA llega a la junta con un recorte próximo al 12% en este periodo.
Además, en ningún momento el precio de los títulos del Sabadell ha superado el equivalente a la contraprestación de su potencial comprador. La diferencia a la baja ha oscilado en estas semanas entre un 7% y un 5%, cercana está a la reflejada al cierre de este jueves.
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