El Real Club de Polo de Barcelona, fundado en 1897, culminó ayer, 5 de junio, las obras de ampliación de sus instalaciones dedicadas al fitness, una práctica muy demandada por los socios, en palabras de la directiva. En aras de conservar el espíritu ecuestre, la forma que encapsula los 9.000 metros cuadrados de espacios dedicados es, precisamente, la de una tribuna hípica con vistas al hipódromo.
No obstante, a pesar del fuerte enfoque en la práctica de distintas disciplinas deportivas, las obras del club transmiten sostenibilidad. Incluso en las piscinas. De acuerdo con lo que comenta Pablo Sánchez, presidente del club, a este medio, "la propia normativa es la que ya obliga a todas las instalaciones a cumplir con estándares ambientales". No obstante, todo el mundo ha "tomado nota de lo que es el cambio climático, y es necesario actuar".
Una situación peculiar
El Real Club de Polo de Barcelona atraviesa una situación peculiar. "Un exceso de tensión en ciertas instalaciones", comenta el presidente, que ha llevado a la ejecución (y culminación) de unas obras con el objetivo de "mejorar la calidad y la experiencia de los socios", los cuales ascienden a, aproximadamente, 11.400, de acuerdo con las cifras aportadas. Incluso, el club está actualmente cerrado a las nuevas membresías por este mismo motivo.
¿Cómo se traduce esta "tensión"? Tan sencillo como un exceso de demanda en ciertas instalaciones, mientras que en otras apenas hay usuarios. Un ejemplo es la pista de polo. "Actualmente hay unos veinte socios que la usan, mientras que la gran mayoría demanda pistas de pádel y más instalaciones deportivas", recalca Sánchez.
Pozos propios
A todo lo anterior, se le ha de sumar el cambio climático, el cual no sólo afecta al consumo de agua en las piscinas, las cuales cuentan con sistema de recirculación. También ha afectado al verde de las pistas de galope, a la tierra batida de las pistas de tenis y, en conjunto, al estado de las instalaciones del club.
"Una de las cosas que han podido salvar la situación, sobre todo, por las medidas de sequía, es que tenemos dos pozos propios de agua. Gracias a ellos, hemos podido compensar alrededor del 50% del suministro, el cual ha dejado de venir del agua de la red", explica. Añade que hasta ahora, sólo usaban uno: "Pero ahora estamos empezando a abrir el segundo, ya que el agua que sale de este tiene mucho lodo".
Pone encima de la mesa que, gracias al agua de los pozos, se han podido realizar las labores de riego con algo más de flexibilidad, pero dentro de las restricciones. También se ha podido llevar a cabo un mayor mantenimiento de las pistas de tierra batida.
Las nuevas instalaciones
Ahora, los 9.000 nuevos metros cuadrados se dividen en tres plantas, y se construyen sobre una antigua tribuna hípica. La original se ha tirado abajo, y la nueva estructura se coloca en una posición más aplazada, con el fin de "ganar espacio y accesibilidad a las instalaciones".
En la planta inferior se encuentran las dos nuevas recepciones del club; dos salas dedicadas al entrenamiento funcional y al ciclismo; una piscina de 25 metros y otra dedicada a actividades recreativas, como pueda ser el aquagym y una sala exclusiva para deportistas de alto rendimiento, la cual se gestiona directamente con los preparadores físicos.
La primera planta cuenta con una sala completa de fitness, la cual incluye maquinaria de primer nivel, y con capacidades de mediciones biológicas y de conexión a internet.
La segunda planta cuenta con un altillo en la sala de máquinas, y también un nuevo salón de eventos, al cual han bautizado como "Olimpia", pensado para la celebración de eventos propios. Pero también se puede alquilar a empresas que deseen llevar a cabo actos y reuniones.
Todo ello se complementa con otra sala polivalente, en la que se podrán llevar a cabo actividades más centradas en el body-mind y la recuperación de una antigua pista de squash, que estará lista para el mes de septiembre.
La sostenibilidad a la orden del día
¿Por qué el cambio climático ha marcado las obras? Para empezar, el tipo de construcción usa materiales que giran en torno a la madera y al cristal, para la estructura. Estos no sólo aportan un aura minimalista y elegante, sino que sirven para ahorrar energía, a la par que se reduce el impacto ambiental, frente a otros materiales como el cemento o el hormigón.
La luz solar ilumina los espacios gracias a los grandes ventanales (y cómo están dispuestos). Eso hace que el consumo de luz se reduzca: no es necesario tener bombillas encendidas todo el tiempo. Del mismo modo, la disposición de los espacios diáfanos hace que todo esté más conectado, y que en un mismo lugar pueda entrar mucha más luz. El consumo energético, uno de los tres pilares de la sostenibilidad, pasa por cómo se ha pensado la distribución.
Las piscinas, aunque sean de dimensiones mayores a las que tenían, cuentan con sistema de recirculación del agua. Las medidas por sequía, en el caso del escenario de excepcionalidad, permiten el rellenado, siempre y cuando cuenten con este sistema.
Proyecciones paralelas
Del mismo modo que se han llevado a cabo estas obras, en el Real Club de Polo de Barcelona continúan pensando cómo satisfacer mejor las necesidades y los deseos de sus socios, a la par que cumplen con las normativas ambientales.
La gran obra que se ha llevado a cabo es uno de los platos principales, pero no es el único. Sánchez también comenta que se han instalado placas solares en determinadas ubicaciones, para tener un consumo de energía propio. Del mismo modo, el uso del agua regenerada es también otro asunto en la agenda. Gracias a esta, han podido mantener en buen estado ciertas áreas, necesarias para la práctica de deportes, como son las pistas de hockey, o las pistas de tierra batida de tenis.
Proyecciones futuras
El cambio climático y sus efectos no sólo han marcado la agenda de la actual ampliación. También ha hecho mella en todo el conjunto del recinto, y en cómo se proyecta el futuro.
Sánchez admite que las instalaciones se han degradado en los meses pasados, cuando las lluvias no estaban regando a la comunidad: "Era un drama. De hecho, lo sigue siendo, ya que las instalaciones que tenemos requieren mucha agua, y ahora nos vemos en un escenario en el que hemos de medir todo el consumo para poder tomar decisiones. Aunque las reservas vayan en aumento, hay que ser conscientes de que no vivimos en una opulencia del agua".
Una de las cosas que también se plantean es la remodelación de las pistas de hockey, para que estas sean secas, y consuman "hasta un 70% menos de agua que las actuales", y se vayan sustituyendo pistas de tierra batida de tenis por otras superficies más adecuadas a los tiempos actuales. "En Europa, las pistas de tenis no acostumbran a ser de tierra batida. El gran problema es que estas necesitan regarse de forma constante, porque si no la tierra se quiebra, se seca y acaba por romperse la estructura", explica.
La obra en cifras
Un total de 13 millones de euros (IVA incluido) es lo que ha costado poner en marcha el nuevo espacio de 9.000 metros cuadrados. De estos cinco se han conseguido gracias a la financiación.
La fórmula se ha podido conseguir gracias al ahorro constante en los últimos años, que ha combinado las amortizaciones y la creación de un colchón a partir de las cuotas e ingresos que el club recibe. "El máximo objetivo no es abrir el club, sino mejorar lo que ya tenemos para satisfacer a los socios", concluye.