Los dos temas candentes que sobrevuelan la política catalana, como la OPA de BBVA a Banco Sabadell o si Salvador Illa logrará configurar un Govern tras despejarse el calendario de las elecciones europeas, se han convertido en el elefante en la habitación durante la primera jornada de la reunión anual del Círculo de Economía.
Políticos de todos los colores y empresarios de diferentes sectores han intercambiado miradas, conscientes del punto de inflexión en el que se halla Cataluña, con la posibilidad de poner velocidad de crucero hacia un horizonte de estabilidad política, económica y social tras años de decadencia generada por el procés. De ahí que el socialista se haya convertido en la estrella este miércoles.
Saludo frío entre Illa y Aragonès
Los retos de Europa o el conflicto en Oriente Medio han sido algunos de los temas que se han debatido en las distintas mesas que han tenido lugar en el Palacio de Congresos. Pero, de puertas para afuera, lo que se comentaba era que Cataluña se juega su futuro en las próximas semanas. Concretamente, después de las elecciones europeas del 9 de junio. Hasta entonces, ningún partido quiere enseñar sus cartas, especialmente ERC. Saben que un posible pacto con el PSC podría provocar un batacazo similar al del 12 de mayo.
Pero Illa ya tiene aura de president. Es consciente de ello, incluso, el propio Pere Aragonès. Su frío saludo al socialista ante un empresariado catalán ansioso de analizar hasta el mínimo detalle el encuentro, ha dejado entrever una obviedad: que tiene los días contados. Aún así, ambos han estado a la altura, conscientes de lo delicado de las circunstancias. La prudencia y la discreción han marcado un encuentro clave para el futuro de la comunidad. También de España.
Aragonès "ha pasado un mal rato"
Las fuentes cercanas consultadas aseguran que el republicano "ha pasado un mal rato" por tener que realizar un speech triunfalista ante el empresariado ansioso de cambio. Los dirigentes de la élite económica y empresarial han estado expectantes ante la posibilidad de un desbloqueo de la política catalana de la mano de Salvador Illa y su nombre ha estado presente en todos los corrillos.
Será a partir del 10 de junio, una vez constituido el Parlament. El nuevo presidente de la institución proclamará al candidato que tenga más apoyos y se someterá a la investidura.
Ahí empezará la cuenta atrás para que Cataluña tenga Govern o para una repetición electoral. Está en manos de ERC: deben decidir si facilitan la elección de Illa o si quieren someter a los catalanes a unos nuevos comicios. Este segundo escenario supondría un tiro en el pie para los republicanos, que ya han sido apeados de la hegemonía independentista, pasando al tercer puesto por debajo de Junts y quedándose con 20 diputados.
Artur Mas, presente
Conversaciones en voz baja, corrillos, tarjetas de presentación y muchos abrazos. Por los pasillos y salas del Palacio de Congresos de Cataluña han discurrido toda clase de empresarios, patronales y políticos, lo que en el argot popular se conoce como todo el mundo, pegamento social antes y después de las turbulencias electorales de mayo y junio.
Esperando para tomar un café se ha podido ver a gentes de todo color político, como a un expresident Artur Mas que, confiado y afable, explicaba su agenda para las próximas semanas después del terremoto que ha ocasionado el fiasco de su causa en Estrasburgo.
De Junts, también ha estado presente la número dos de Puigdemont, Anna Navarro, habitual en las reuniones del Círculo que se ha dejado ver con otras socias en un plano más distendido. El perfil bajo que tomó durante la campaña tras algunos patinazos ante la opinión pública ha quedado claro en la reunión empresarial, donde pocos la han reconocido como polítca. De hecho, se ha hecho notar más su compañero de partido Jaume Giró, presente en el arranque de las jornadas.
Ganas de un cambio de ciclo
Del café al vino. Y lo que primero eran susurros se han convertido en exclamaciones y grandilocuentes interjecciones. "Con tan buen vino nadie va a querer asistir a las charlas", exclamaban anónimos asistentes, quienes tampoco dudaban en calificar esta reunión del Círculo como "descafeinada". Aun así, han imperado las ganas y la ilusión de un cambio de ciclo y la formación de un "gobierno transversal" tras años de alta polarización política.
Aseguran que la Cataluña más boyante se debe reactivar y enterrar el mal recuerdo fruto de los "enredos" de la CUP y de varios presidentes rehenes de la retórica procesista y una cultura antiempresarial. Y ven a Illa como el que tiene más posibilidades de armar una investidura y poner en marcha incluso un gobierno en solitario, el escenario al que los socialistas quieren llegar en las negociaciones discretas que ya se han iniciado.
El empresariado catalán aplaude esta opción y dejan claro que la repetición electoral sería un fracaso. Y aunque no contemplan esta opción como algo posible, el mensaje subyacente es que temen que se llegue a otras autonómicas aún más polarizadas que dificulten aún más los pactos. Pero, como han repetido los asistentes a la Reunión del lobby empresarial catalán, "a nuestra edad, hemos visto cosas más improbables".