Son las conversaciones que hicieron caer al presunto narco de la zona alta de Barcelona. Lorenzo Armillas Llauradó, directivo de varias empresas y socialité, está acusado de traficar con cocaína en Estados Unidos (EEUU). El caso pilota sobre varios audios intervenidos en el que el español ofrece a un policía de paisano venderle "cinco kilos para invertir él en uno". 

Es lo que atestiguan las transcripciones del sumario contra el vip, que está interno en una cárcel de Chicago (Estados Unidos) a la espera de juicio. Mientras no llega la vista final, las escuchas telefónicas dejan al vecino de la Barcelona pija en mal lugar.

Las conversaciones tuvieron lugar por la aplicación de mensajería encriptada Surespot, donde el acusado pensaba que podía hablar sin ser escuchado. 

"Te vende cinco"

Se equivocaba. Al otro lado del teléfono, Armillas tenía a un agente encubierto de la Drug Enforcement Agency (DEA) que se hacía pasar como comprador. Y que, además, anotaba todo lo que decían. 

El empresario acusado de narcotráfico y el logo de la DEA FOTOMONTAJE CG

El policía de paisano se dirigió al emprendedor catalán y le propuso comprar diez kilos de cocaína. El acusado le respondió, presuntamente, que un amigo "tenía algunos, y los vende a 5,5 -por 5.500 dólares el kilo-" o, lo que es lo mismo, 17,5 milllones de pesos colombianos. 

"Yo invierto en uno"

Funcionario de paisano y empresario español se siguieron comunicando por Surespot. "Te lo doy -la cocaína- el martes, y me pagas el 13 -de octubre- en Bruselas (Bélgica)", acordó supuestamente Armillas. 

Dicho y hecho. La transacción tuvo lugar en el GHL Hotel Capital de la capital colombiana al día siguiente de lo acordado. Y con un cambio: el español pidió presuntamente invertir en uno de los cinco kilos de droga. "Te vendo cinco, tú me pagas y así yo voy a uno, vale?", le dijo.

Por si hubiera dudas, Armillas repitió al policía camuflado que "le daría cinco" y él "iría en uno en este viaje", en referencia, según la DEA, a un kilogramo de estupefaciente

"Te la doy en la Iglesia"

En un primer momento, el acusado intentó convencer al comprador de que sus contactos le darían la droga directamente al piloto. "Tío, puede recogerlos a las nueve en la iglesia de Mosquera", sugirió. 

La Iglesia de Mosquera, Parroquia de María Auxiliadora Cedida

Pero el policía se negó. "Mi amigo iba a darle eso al piloto después de que se la dieras tú. Es por ello que alquiló una habitación de hotel. Organízarlo, por favor", contestó. 

"Dime cuándo llegan"

Tras la entrega, que tuvo lugar en una habitación del hotel como quería el agente, y que la DEA grabó -ver imagen de encabezamiento-, cliente-policía y presunto narco intercambiaron más mensajes. "Avísame cuando las cosas lleguen allí", dijo Armillas al agente en referencia a Chicago, ciudad en la que el comprador, presuntamente, iba a vender el producto. 

"Todo bien, tío, gracias", le respondió el hombre, simulando satisfacción. Y añadió: "Voy de camino a Chicago a recoger -la droga-, por si no te respondo". 

"Te envío una foto"

Y así fue. El agente acudió a la capital del estado de Illinois a, supuestamente, recoger los paquetes. "Te envío una foto, si quieres", sostuvo. Y la remitió: una fotografía de cinco paquetes de cocaína de un kilo cada una. 

Imagen de los paquetes de cocaína Cedida

"Genial, tío", le respondió el directivo, añadiendo emojis de aprobación. 

Intermediarios

Todo ello, claro, se hizo por medio de intermediarios de ambas partes. En el caso de Armillas, por medio de dos. El primero guardaba la mercancía y el segundo la entregó al comprador. 

Por parte de CS-1, el alias del policía de paisano, un amigo y un piloto de una aerolínea, que era, en teoría, el encargado de volar la cocaína a Estados Unidos. 

Tormenta en la zona alta

El caso del supuesto narco, que se defiende de la acusación, ha sacudido la zona alta de Barcelona. Armillas cultivaba una intensa vida social en los círculos burgueses de la capital catalana. 

Salió con una conocida influencer, su pareja más conocida, y era amigo de empresarios de la noche y jugadores profesionales de pádel, entre otros. Éstos mantendrían el contacto con el hombre por medio de los sistemas de mensajería autorizada por el Departamento de Justicia de EEUU. 

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