La promotora musical Concert Studio ha dado un paso destacado en otro ejercicio con pugna por los festivales de verano pijos con Clipper’s, su rival en organizar eventos de este perfil. Ha dado el salto a Madrid, donde exportará su Alma Festival tras una primera edición que internamente se tildó de éxito y que tuvo lugar en el Poble Español.
Por su parte, Clipper’s, la promotora impulsada por Juli Guiu y que le ha comido terreno tanto en la capital catalana, ya que se hizo con el control del Festival de Pedralbes al presentar una oferta más económica, y organizará un nuevo Summerfest Cerdanya, en Puigcerdà. A esta iniciativa se le tiene que sumar el Cap Roig Festival, en Calella de Palafrugell, el primer gran evento que se encargaron de programar.
Éxito del Alma
Los últimos años han estado marcados por el pulso entre ambas compañías. Ahora, la promotora de Martín Pérez abandona la pugna por el territorio pijo catalán y se lanza a explorar el mercado madrileño con Alma Festival, tras el éxito cosechado en Barcelona, donde logró colgar el cartel de sold out en la mayoría de conciertos de su primera edición, con un aforo de casi el doble del que había tenido Concert Studio en la zona alta.
El Alma llega a Madrid con propuestas como Vetusta Morla, Jorge Drexler y Valeria Castro, que nada tienen que envidiar al cartel catalán.
Los patrocinadores toman partido
Cuando la esencia de Pedralbes se mudó a Montjuïc, su patrocinador principal, Banco de Sabadell le acompañó, igual que lo hicieron muchos de los sponsors. Ahora, en el viaje a Madrid será Occident quien acompañe a Concert Studio.
La compañía de seguros es también el patrocinador principal de dos de las insignias de la competencia: Nits de Barcelona, el nuevo Jardins de Pedralbes, y el Summerfest Cerdanya que colmó el vaso de la batalla de festivales en Cataluña, pero ahora extiende la mano también a la otra parte.
La Cerdanya, la última batalla
En 2021, Concert Studio estrenó el Cerdanya Music Festival en Alp. Del 13 al 23 de agosto pasaron por sus escenarios artistas de la talla de Aitana, Rosario, Hombres G o Sopa de Cabra. Al año siguiente, movieron el espectáculo a Llívia, un enclave catalán en el Pirineo francés, a tan sólo seis kilómetros de Puigcerdà.
Ese mismo año de la segunda edición del festival de Concert Studio, Clipper’s emitió una ofensiva programando el nuevo Summerfest Cerdanya en la capital de la comarca y en las mismas fechas. Trajo al Pirineo a Lola Índigo, Dani Martín y Taburete, entre otros; mientras el Music Festival competía con nombres como Raphael, Loquillo o Stay Homas.
La falta de público para dos propuestas similares, en los mismos días y en un territorio con población limitada, obligó a Concert Studio a tirar la toalla y no programó una tercera edición, mientras Clipper’s siguió apostando por su proyecto, quedándose con todo el mercado.