La mona de la Copa América destapa una guerra entre pasteleros

La mona de Pascua de la Copa América de vela ha aflorado una pequeña batalla entre los principales pasteleros de Barcelona. El laureado Cristian Escribà presentó la creación de chocolate de la Copa de las Cien Guineas en el America's Cup Experience del Puerto el pasado fin de semana, hecho que levantó polvareda entre sus compañeros de profesión. 

Fuentes del sector alertan de que la pieza dulce ha generado una pequeña pugna en la industria. No quitó brillo a la presentación, que fue arropada por todas las autoridades implicadas en la competición. La creación final cuenta con la firma de Escribà, la conocida firma de repostería de nivel de la ciudad que habría librado un pulso contra un colega de profesión, formado en la también prestigiosa escuela Hofman, para realizar el encargo. 

"Escribà tiene más contactos"

El otro pastelero que tenía proyectados diseños para la Copa América de Barcelona es Miquel Guarro, uno de los maestros más jóvenes y con mayor reconocimiento y proyección. Buscaba hacer "el pastel" de la competición, enraizando así el torneo en la tradición gastronómica local. 

Las autoridades, con la mona de Pascua de Escribà Cedida

Pero no llegó a tiempo. Cristian Escribà se le adelantadó y presentó antes la mona con la marca de la competición. 

Cuatro profesionales

El montaje de la creación final mide 110 centímetros de altura y pesa 30 kilos. Lo han elaborado hasta cuatro maestros pasteleros del obrador de los Escribà, incluidos Christian y Pol, sus hijos. 

Se trata de una réplica exacta de la copa que se expondrá en el local del maestro de lo dulce en la Gran Vía de Barcelona durante meses, hasta que arranque la carrera en agosto. 

Aportación cultural

Disputas aparte, la presentación de la mona de Pascua de la Copa América significa una aportación al tejido cultural de la capital catalana vinculado a la competición náutica. 

Imagen de un buque monocasco de la Copa América de vela Cedida

Una necesaria inyección temática, habida cuenta de que algunas voces echan de menos la llamada olimpiada cultural que prometió la organización para Barcelona para generar masa crítica y expectación. Hasta ahora, el balance ha sido desigual, defienden.