La complicada situación por la que atraviesa Grífols y la incertidumbre en la que se ha visto sumida tras presentar sus cuentas anuales sin el correspondiente informe de auditoría han convertido a la farmacéutica en morada habitual de los fondos especuladores, que han terminado por hacerse fuertes en su capital.
El escenario empieza a ser muy diferente a lo que sucedió a comienzos de año tras la publicación del demoledor informe de Gotham City sobre las prácticas contables de la empresa y su gobernanza. Por entonces, los fondos especializados en tomar posiciones cortas iniciaron una ofensiva fugaz, de apenas unas horas, pero tremendamente efectiva y rentable, con plusvalías que llegaron a superar el 40% en tiempo récord.
Agazapados
Una estrategia muy agresiva pero pasajera que, con el paso del tiempo, ha derivado en movimientos más a largo plazo, en los que los bajistas permanecen agazapados a la espera de noticias negativas para ejecutar sus ataques.
En las últimas horas, las posiciones cortas declaradas en los registros de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) suman cerca de un 3% del capital de Grífols, la más elevada hasta la fecha. Sin embargo, las posiciones agregadas podrían fácilmente duplicar o multiplicar por tres esta proporción.
Bajistas habituales
Actualmente, tres son los fondos que afloran sus cortos sobre Grífols. Destaca por encima de todos Qube Research & Technologies, que dio la cara tras la tormenta provocada por Gotham y que ya acapara más de un 1,5% del capital.
Junto a él, aparecen dos habituales en el ámbito de los inversores de este tipo: Millennium y AKO Capital, con sendas posiciones en torno al medio punto porcentual.
Fuera de los focos del supervisor está un número destacado de especuladores con posiciones inferiores al 0,5%, a los que la normativa no obliga a comunicarlas. Lo que, para infortunio del valor y sus sufridos accionistas, no significa que no estén ni que dejen de actuar cuando el escenario lo haga oportuno.
"La situación ha pasado de pasajera a permanente; ahora los fondos llegan y permanecen en el valor durante varias semanas, lo que supone un lastre para la llegada de nuevos inversores. En el mercado se han llegado a detectar préstamos de títulos que, a su vez, provienen de uno anterior, lo que apunta a que han pasado a hacer una especie de mercado paralelo entre los bajistas", apuntan desde la sala de operaciones de una firma bursátil.
Caldo de cultivo
A finales de la pasada semana, Grífols volvió a generar un caldo de cultivo ideal para los ataques bajistas al presentar sus cuentas anuales sin el informe de auditoría, en este caso de KPMG, que es la firma encargada de tal labor. Todo el camino alcista recorrido en las semanas anteriores tras el desplome inicial provocado por Gotham se vino estrepitosamente abajo en una sola sesión.
"Y próximamente vienen más turbulencias. En breve, debe aparecer la auditoría y su contenido será examinado con lupa. Además, el mercado aún no conoce las respuestas que Grífols dio al supervisor y éste asegura que el procesamiento de esa información va para largo. El resultado se traduce en más incertidumbre, un ambiente idílico para los especuladores", señala una fuente del mercado.
Este martes, Grífols volvía a ser el peor valor del Ibex 35, con descensos próximos al 4%, en el contexto de una sesión con leves avances para el índice. Sólo en las últimas cinco sesiones, la acción se ha desplomado más de un 34% mientras que se deja prácticamente la mitad de su precio desde el último cierre de 2023, aunque apenas han transcurrido poco más de nueve semanas del presente ejercicio.
En uno de sus últimos informes, Citi consideraba desconcertante el hecho de que Grífols hubiera afirmado en la conferencia con analistas que el flujo de caja en 2024 sería próximo a cero y que, apenas unas horas después, señalara en una nota remitida a la CNMV que la cifra podría alcanzar los 450 millones de euros.
'Rating' en revisión
Aún así, el banco de inversión estadounidense mantenía su recomendación de comprar y un precio objetivo de 23 euros, frente a los 7,78 euros en que ha cerrado este martes.
Mientras, la agencia Moody’s ha puesto bajo revisión la calificación de Grífols por el episodio de las cuentas sin auditar. Otro factor de incertidumbre que hace las delicias de unos especuladores que, esta vez sí, han llegado para quedarse.