Los resultados de 2023 y las estimaciones y objetivos para el ejercicio en curso han terminado de catapultar a Indra en bolsa hasta situarse en sus cotas más elevadas en más de 14 años, en un momento especialmente propicio para ello, cuando la compañía está a las puertas de presentar un plan estratégico a tres años que promete marcar un antes y un después en el fabricante de sistemas de Defensa y tecnología.

Tras el espaldarazo del 6,5% dado por los inversores este miércoles, como reacción a la publicación de las cuentas anuales, Indra ha cerrado la jornada por encima de la barrera de los 3.000 millones de euros de capitalización bursátil. Un hecho que no se producía desde el último trimestre de 2009, en plena crisis financiera de finales de la primera década del siglo. 

Subidas sostenidas

Las cifras en torno al rendimiento bursátil de la empresa no dejan dudas de que se trata de una evolución sostenible, alejada de una moda pasajera de las que el parquet cuenta con numerosos ejemplos.

Así, Indra es el mejor valor del Ibex 35 desde que se inició 2024, con una revalorización del 22%. Pero además, es el tercer título con un rendimiento más elevado en los últimos 12 meses, en los que ha avanzado un 36,4%, sólo por detrás de unos imparables Laboratorios Rovi e Inditex.

El presidente de Indra, Marc Murtra, durante el evento Wake Up Spain!, organizado por El Español, D+I e Invertia / EP

 

Y, en fin, también es la segunda acción que más sube en el cómputo de los últimos tres años, con algo más de un 125%, superada únicamente por el exuberante 184% que luce Banco Sabadell.

No ha pasado tanto tiempo desde que la capitalización de Indra no sólo estaba alejada de la referencia de 3.000 millones de euros sino que estaba valorada en la mitad. Cuando Marc Murtra llegó a la presidencia, en mayo de 2021, el mercado otorgaba a la empresa un valor conjunto en torno a 1.550 millones de euros.

Difícil transición

Por medio transcurrió una fuerte crisis en el consejo de administración que terminó con la totalidad de vocales independientes fuera del organismo. Y en la recta final de 2022, con el entonces consejero delegado, Jorge Mataix, de salida.

Con un consejo prácticamente renovado y la llegada de José Vicente de los Mozos al cargo de primer ejecutivo, Indra cerraba un complicado proceso de transición que da paso a una nueva etapa. Ésta vendrá marcada por un plan estratégico a tres años en el que De los Mozos y el equipo que ha diseñado trabajan desde el pasado verano y cuyos detalles serán desvelados el próximo 6 de marzo.

José Vicente de los Mozos, consejero delegado de Indra / EP

Los expertos apuntan que el mercado podría estar descontando ya algunas de las bonanzas del plan, aunque no ha trascendido detalle alguno, al menos de forma pública. 

Uno de ellos podría estar relacionado con el dividendo, que Indra recuperó en 2021, tras ocho años de sequía. Entre los analistas ha llamado la atención que la propuesta de retribución al accionista con cargo a los resultados del pasado año no haya variado (0,25 euros por acción), a pesar de que el beneficio neto se ha incrementado cerca de un 20% y tanto el resultado operativo como los ingresos y el flujo de caja hayan avanzado a doble dígito. 

A vueltas con el dividendo

"Daremos más detalles en la presentación del plan; en ella veremos la estrategia de Indra con el dividendo", respondió Murtra, preguntado al respecto en la conferencia con analistas para explicar los resultados de 2023. 

Algunas otras cuestiones también fueron trasladadas a la cita de la próxima semana en Londres. El prometedor nombre que se ha dado al plan, “Leading the Future” parece adelantar que la compañía entrará en otra dimensión, aprovechando la estela del incremento del gasto en Defensa que los Estados que forman parte de la Alianza Atlántica han acordado y comprometido tras la invasión rusa de Ucrania, de la que la semana pasada se cumplieron dos años.

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