Cientos de agricultores y sus tractores cortan desde este martes varias carreteras y autopistas catalanas, en un nuevo episodio de la revuelta en la que piden la revocación de las restricciones de acceso al agua impuestas por la Generalitat a causa de la sequía, y la reducción de la burocracia europea. La situación es especialmente tensa en los pasos fronterizos, con cuatro cortes de circulación en la AP-7 y la N-II en Pontós, la N-152 en Puigcerdà y la C-38 en el Coll d'Ares.
Este miércoles, el movimiento Revolta Pagesa ha presentado nuevas exigencias que, por el momento, son condiciones sine qua non para levantar los cortes en las vías gerundenses. Estas demandas tienen nombre y apellido, pues han pedido la dimisión o el cese de Samuel Reyes y Jordi Molist, el director de la Agència Catalana de l'Aigua (ACA) y su responsable de Abastecimiento, por la gestión de la sequía.
Han solicitado también que el Departament d'Acció Climàtica, Agenda Rural i Alimentació de la Generalitat recupere su nombre anterior, Departament d'Agricultura, Ramaderia i Pesca, para poner al sector primario en el centro de la cartera.
"Las condiciones pueden cambiar"
Sin embargo, Narcís Poch, coordinador del sindicato Unió de Pagesos en Girona y manifestante en la AP-7, ha confesado a Crónica Global que "esto no quiere decir que las condiciones no puedan cambiar". Así, los agricultores mantienen la puerta abierta a una negociación con el Govern que permitiría finalizar la jornada de protestas si son escuchados y se aplican medidas urgentes, como la relajación de las medidas de restricción del riego.
Las elevadas exigencias nacen del malestar causado ayer por la ausencia del conseller David Mascort en una reunión de los manifestantes con la Generalitat, a la que asistieron otros cargos del Departament, ha recordado Martí Planas, portavoz de Revolta Pagesa, desde Pontós. Tras esta "falta de respeto bastante grande", Planas considera el cambio de nombre de la Conselleria como condición inamovible para reabrir el paso de coches en la autopista: "Nos tenemos que hacer fuertes hasta que lo consigamos, con la falta de respeto de ayer no podemos aflojar".
Noche a la intemperie
Los agricultores han pasado la noche en los cuatro cortes de circulación de Girona, con el objetivo de mantener en activo la protesta. "Ha sido una noche muy dura, con mucho viento de Tramuntana", ha explicado Poch sobre la situación en la AP-7 y la N-II. Por su parte, los agricultores de Puigcerdà han instalado una carpa para refugiarse del frío y algunos de los manifestantes de la C-38 han llegado a pasar la noche al raso a temperaturas de -4 grados, tras la nevada más importante de la temporada.
En Pontós, Arnau Rubio, ganadero dedicado a la cría de ovejas, ha asegurado haber dormido sobre un lecho de paja bajo su remolque y ha reclamado pasos en las ayudas por la sequía "porque no llegan".
Rubio ha explicado que se les acumulan los pagos y que necesitan afrontarlos "porque si te endeudas más de lo que vale el rebaño, estás perdido". "O matas ovejas para no generar más deuda o te sigues endeudando y a quienes les debemos no aprietan, porque entienden la situación, pero cada vez que pides pienso generas más deuda", ha detallado.
Intercepción de fruta marroquí
Durante la jornada del martes, los manifestantes interceptaron varios camiones, al menos cinco, que transportaban fruta y verdura proveniente de Marruecos para ser comercializada en la Unión Europea. Los agricultores vaciaron la carga y la donaron a "entidades benéficas como el Banco de Alimentos". Con esta acción han reivindicado el "fin de la competencia desleal" por las diferencias legislativas que exige la UE a los productos cultivados dentro del territorio y los importados del exterior.
Los agricultores esperan ahora la llegada de refuerzos de Francia, ya que está previsto que acudan a la concentración de Pontós representantes de la organización Confederation Paysanne.