Naturgy sigue la senda de otras grandes empresas que sacaron su sede social de Cataluña en 2017 por los acontecimientos en torno al procés y hará oídos sordos a las presiones para un regreso al territorio, especialmente tras la propuesta de sanciones de JxCat. La energética ni siquiera se ha planteado esta posibilidad, como sucede con otras entidades que se han pronunciado al respecto.
El presidente de la compañía, Francisco Reynés, ha asegurado que el consejo de administración que comanda no ha debatido tal asunto, que no forma parte de las prioridades de la empresa, centrada en encarar los dos últimos años de su plan estratégico.
Sin condiciones para Géminis
Por el contrario, lo que continúa sobre la mesa es el denominado 'proyecto Géminis', consistente en la escisión de Naturgy en dos empresas con idéntica estructura accionarial de partida, que aglutinarían los negocios regulados y liberalizados.
"Géminis sigue tiendo sentido estratégico para nosotros, aunque en estos momentos no se dan las condiciones para ejecutarlo", ha afirmado el ejecutivo durante la rueda de prensa en la que ha presentado las cuentas de la empresa correspondientes al pasado año.
Consejo estable
Precisamente, Reynés seguirá manteniendo la condición de único ejecutivo del consejo, dado que Naturgy no ha retomado los planes para la incorporación de un consejero delegado, tras el frustrado fichaje del hombre fuerte de Citi en España, Ignacio Gutiérrez-Orrantia, el pasado verano.
"No hay previsión de cambio alguno en la estructura del consejo de administración. Nos quedan diez meses por delante de duro trabajo para finalizar el año y en esto estamos centrados", ha asegurado Reynés.
Castigo bursátil
El máximo responsable de la energética también se ha referido a la trayectoria bursátil de Naturgy, que acumula retrocesos superiores al 18% desde que se inició 2024 y al 12% en las últimas cuatro semanas. Un comportamiento que la empresa asocia a su reciente exclusión de los índices MSCI, a causa de su reducido capìtal flotante.
Reynés ha explicado que muchos inversores institucionales referencian sus carteras a este tipo de indicadores, con lo que salen automática de un valor cuando deja de estar incluido.