Un paso más para el cambio de control en Celsa. La compañía ha rubricado con la banca el acuerdo para extender durante cinco años la financiación que aún está bajo el control de las entidades financieras por un importe de 525 millones de euros.
Se trata de la parte menos voluminosa de la deuda de Celsa, aquella que los bancos no traspasaron a los fondos a finales de la pasada década, una situación que ha derivado en que éstos estén a punto de asumir el control de la empresa en detrimento de la familia Rubiralta, los accionistas históricos.
Préstamo y 'factoring'
Finalmente, la refinanciación se llevará a cabo conforme a lo pactado en un primer momento, a través de una estructura con un préstamo de 250 millones de euros y una línea de factoring de 275 millones.
Según adelanta La Vanguardia, la operación se ha firmado en las últimas horas con Caixabank, Banco Sabadell, BBVA, Abanca y Unicaja entre las entidades participantes.
Victoria de los fondos
Los fondos acreedores vieron avalado el plan de reestructuración que presentaron hace algo más de un año merced a la nueva Ley Concursal, que contempla esta figura para flexibilizar los procesos de viabilidad de las empresas para evitar recurrir, cuando sea posible, al preconcurso.
El juzgado de lo Mercantil número 2 de Barcelona falló a comienzos del pasado septiembre a favor de los fondos, cuyo plan incluye la capitalización de la deuda de la que son tenedores, lo que les convertirá en accionistas.
Luz verde condicionada
No obstante, el traspaso debe ser aprobado por el Consejo de Ministros al tratarse de una operación por la que inversores extranjeros adquieren más de un 10% del capital de una compañía relevante en un sector considerado como estratégico.
Como condiciones del Ejecutivo para dar luz verde al traspaso de poderes en Celsa figuran, entre otras, el mantenimiento de los empleos y de los centros de toma de decisiones y la incorporación de un socio industrial español que cuente con una participación en el entorno del 25%.