Grífols ha recibido la aprobación del regulador farmacéutico de EEUU, la Food and Drug Administration (FDA), para ampliar la capacidad de producción del complejo de Clayton, situado en Carolina del Sur. Es decir, podrá fabricar más inmunoglobulina (Ig) Gamunex-C, un medicamento plasmático que se usa básicamente para tratar inmonudeficiencias.
La compañía nacida en Cataluña detalla en un comunicado que ahora llegará a los 60 millones de gramos anuales de inmunoglubina que purificará y llenará de forma estéril en este centro de producción. Suma de esta forma 16 millones de gramos más respecto a la planificación actual.
Petición a la FDA para autorizar más hemoderivados
Recuerda que se trata de una medicina de última generación que el mercado demanda cada vez más por sus buenos resultados. E incluso irá más allá para exprimir los resultados de una de las plantas más importantes en el porfolio del gigante de los hemoderivados.
Solicitará en cuestión de semanas el visto bueno de la FDA para que en Clayton se empieza a fabricar una medicina denominada Xembify, una IG subcutánea que también “experimenta un rápido crecimiento”. Otro avance tecnológico en el que Grífols confía para mejorar sus resultados y convencer al mercado.
Problemas de Grifols con la gobernanza
La cotizada ha sufrido en los últimos tiempos. Cerró el primer semestre con unas pérdidas de más de 56 millones de euros que sumieron al grupo en una crisis incluso de gobernanza.
Thomas Glanzmann asumió la presidencia ejecutiva en febrero tras tan sólo cuatro meses de liderazgo de Steve F Mayer, quien había relevado, a su vez, al histórico Víctor Grífols Roura en el primer sillón de una compañía que es considerada estratégica en el mundo por el tipo de productos que fabrica.
Sufrió de forma destacada por su repliegue en China, un territorio donde había apostado de forma destacada en los últimos años, y por los estragos de la crisis del Covid. Y es que la pandemia dejó a la cotizada sin su materia prima, las extracciones de sangre a partir de las que fabrica todos sus hemoderivados.
Cambio de rumbo económico
En lo económico, la nueva cúpula de Grífols anunció la semana pasada que regresaba a los números negros. Presentó un beneficio de 3,3 millones en los nueve primeros meses del año.
La cifra es aún nefasta, ya que es el 98% inferior al resultado obtenido en el mismo periodo del ejercicio anterior, pero da alas a un optimismo moderado en el seno de la corporación. En un trimestre ganó 60 millones y compensó las pérdidas acumuladas hasta la fecha.
Cómo convencer al mercado
En el grupo se afirma que se han empezado a dar pasos para superar el bache y que el negocio recupere el impulso de los años anteriores a la crisis del Covid. A la nueva dirección le queda como asignatura pendiente convencer del todo al mercado. La cotización tocó mínimos en marzo y desde entonces se ha recuperado, con un tropiezo en octubre que no llegó a los mínimos de principios de año.
Los analistas explican que Grífols debe consolidar este impulso y que anuncios como el realizado este lunes refuerzan la evolución.