El congreso CEDE, celebrado este jueves en Granada, ha tratado los asuntos de frontera que están cambiando las organizaciones empresariales. La sostenibilidad, la igualdad, la incertidumbre geopolítica... pero también la inteligencia artificial (IA) se han hecho un hueco en la agenda del evento.
Precisamente, el presidente de la fundación CEDE, Isidro Fainé, ha advertido sobre las "transformaciones radicales" que la IA provocará en múltiples aspectos del mundo empresarial. "Desde el aumento de la productividad, la eliminación de barreras de entrada para los negocios y la desaparición de gran parte de las tareas que realizan los trabajadores", ha enumerado.
¿Inteligencia emocional o artificial?
De hecho, el también presidente de la fundación "la Caixa" ha avanzado su interés en organizar un congreso enfocado exclusivamente a la inteligencia artificial generativa, como la usada por el software ChatGPT.
Pese a esta preocupación, Fainé ha argumentado que hay "cualidades inherentes al ser humano" imposibles de trasladar a un programa informático. A su juicio, aspectos como el pensamiento crítico, la empatía, la integridad y la honestidad así como el autocuidado, en definitiva, el "alma de las personas", no se halla "en ninguna máquina o algoritmo de ordenador". Esta inteligencia emocional es la que debe servir de guía para navegar a través de las nuevas soluciones tecnológicas.
Prepararse para lo desconocido
La irrupción de la IA no ha sido el único asunto glosado por el impulsor de CEDE. En un contexto de desconcierto general, azuzado por las crisis geopolíticas y las tensiones económicas, Fainé ha expuesto otros problemas que los empresarios deberían tener en mente para tomar las mejores decisiones.
Desde el estancamiento demográfico hasta el proceso de desglobalización --Fainé ha incidido en los cambios regulatorios en materia de mercados y fiscalidad--, pasando por el reto ambiental, la mutación del mercado de trabajo e incluso aquellos cambios "que ni siquiera aparecen en el radar".
"Dirigir consiste en servir"
Por todo ello, ha propuesto "crear estructuras flexibles y dinámicas que permitan realizar cambios con prontitud", así como "disponer de un protocolo para la gestión de crisis de modo que esté clamaramente establecido quién o qué debe tomar las decisiones y construir canales fluidos de comunicación dentro de la empresa para aprovechar todo el talento de todas las personas".
Una aproximación heurística a las dinámicas cambiantes del presente que, para Fainé, debe poner en el centro a las personas. "Dirigir para servir", como ha insistido desde el escenario ante la mirada del rey Felipe VI y la vicepresidenta y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño.